En silencio, te miro, y una vez más, la Razón, esa zorra traidora, conspira contra mi, y los sentimientos, que se desbordan desde mi corazón, no llegan sin embargo a verbalizarse, y me quedo por lo tanto sumergido en un silencio culpable, demasiado lejos de cualquier esperanza, horizonte y posibilidad de salvación...
Me estremezco, al imaginar tantas cosas, mil ideas locas que percuten contra la Razón, y le arrancan, tras cada oleada de locura sentimental, un pequeño destello de lucidez, que desaparece, arrancado hacia las profundidades del mar de fondo que arrasa mi alma... Y sin embargo, al mismo tiempo, noto que me voy acercando a ti, aquella desconocida que me arrancó el alma, el corazón y la fe...
Tus ojos inmensos me miran desde la pantalla, casi siempre tristes, pero formidables en su desvalimiento, e invencibles en su terquedad... No te imaginas lo mucho que me gustaría poder arrancarte una enorme sonrisa... por ti, incluso superaría mi timidez y haría el payaso, solo por verlos titilar de felicidad, y saber que yo soy la causa de aquella súbita emoción, del olvido temporal de la tristeza en tu alma...
Es cierto, y me lo digo a mi mismo una y mil veces, estás demasiado lejos, representas demasiados factores desconocidos, pero al mismo tiempo estamos tan unidos... y de todas formas, yo también represento al menos las mismas incógnitas para ti... aunque muchas veces tengo la impresión de que ya nos conocemos demasiado bien... Puedo sentir incluso el calor de tu mano, tibia, contra mi nuca, cuando escribo estas tristes palabras, que mienten o dicen la verdad, según lo mires, sobre aquellos sentimientos que me destrozan...
El amor, ese extraño que nos ayuda a vivir, que nos da alas y vientos de tormenta y arcoiris tras la lluvia... y esperanza... pero que también nos trae miles de lágrimas y cientos de desengaños y noches de morder el hielo... Ni te imaginas la cantidad de veces que me he repetido hasta qué punto nuestra vida podría haber sido distinta, al menos los últimos años, si nos hubiesemos conocido antes, si hubiéramos estado más cerca tanto espacial como temporalmente... Si tú te hubieras enamorado de mi...
Pero todo esto no son más que futuribles, vanos lamentos del alma dolida, por lo que en el fondo no deja de ser más que otra fantasía, de amores imposibles, dragones, genios malvados de la lámpara maravillosa, unicornios y princesas de inmensos ojos almendrados y pícaros labios entrenados para decir "te quiero" a los incautos... que pasen a su lado cualquier tarde de verano...
Por eso, resulta mucho más prudente escribir más... para sentir menos... y conformarse con esquivos sueños... mientras seguimos siendo amigos... lo que de todas formas es mucho más de lo que teníamos antes de conocernos... mi querida amiga...
los juegos del corazón y la razón... nunca se sabe quién gana o pierde...
ResponderEliminarLa vida es asi, no hay ganadores ni perdedores, cada uno ocupa su lugar, no si si es el que le corresponde pero ahi estan... Precioso ,como siempre Fernando
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Estambul