viernes, 12 de noviembre de 2010

EL NIÑO SIN NOMBRE

AGOTADO, el niño sin nombre levanta los ojos al cielo... Al principio, la misma claridad del sol, que por primera vez en mucho tiempo ha conseguido traspasar la barrera de polución, nubes y desesperación que se alzan sobre la ciudad de "XXX", le impide distinguir con nitidez lo que pasa... De todas formas, ya se ha ido acostumbrando a no ver bien... No sabe lo que es, pero cada día le cuesta más enfocar las cosas  que se encuentran más allá de su nariz... Mas tampoco le importa mucho... Algunas veces, aquellos bultos difusos, que se inclinan sobre él para dejar caer en su escudilla, comentan apenados, cuando él se acerca cada moneda justo delante de los ojos para distinguir su valor.. "Pobrecito... Si tuviera gafas..." Y él, que no lo entiende demasiado, se imagina que al frotar una especie de lámpara maravillosa, saldrá un genio llamado "óptico", que le pondrá unas "gafas" con las que el mundo estará un poco más enfocado... y podrá salir corriendo cuando "ellos" vengan a buscarlo en plena noche... Los mismos que hace unos meses le partieron la rodilla... de una paliza...

Es un niño de las calles... nació en ellas... y morirá en ellas... Por no saber, ni siquiera conoce su edad... Y el tiempo, cuando la vida ha sido tan dura contigo, no tiene mucho sentido... Algunas veces, los ve pasar... Un grupo de sombras, de bultos pequeños, con voces agudas, que huelen bien... y pasean entre los más pobres de los pobres, quizás por sentirse así mejor ellos mismos... No abultan mucho más que él... pero sin embargo... son tan distintos... están felices... corren... saltan...juegan... y él no conoce ni siquiera el significado de esa palabra... "Jugar"...

Lo que más le duele, al niño sin nombre, es aquellos momentos en los que los otros niños se acercan al trocito de acera sobre el que está sentado... y gritan "¡Sucio!¡Sucio!" o bien "¡Basura! ¡Basura!"... con tanta frecuencia que ha llegado a pensar que aquél era precisamente su nombre: el señor Sucio Basura... y, por si no fuera suficiente la burla, se divierten pegándole una patada al plato de estaño, que antes fue utilizado para guardar comida (y conserva un poco de su olor), lo lanzan al aire, esparciendo las escasas monedas por la acera, y él se tiene que tirar al suelo para evitar que los otros mendigos, los "mayores", se las quiten...

Porque si no gana aunque sea unas monedas al día, tiene que dormir, otra vez, solo en la calle... Y jugarse la vida... "XXX" no es una ciudad para niños solos... y todas las noches muere alguno... pero no importan... no existen... Él tiene un buen escondite, en el viejo cementerio, delante del cual se pasa el día entero, mendigando... y por la noche, duerme dentro de una tumba, parcialmente llena por la hojarasca arrastrada por el último monzón... Consigue entrar al cementerio a través de los barrotes, porque está tan delgado que, a pesar de su pierna mala, y metiendo un poquito la tripa, cabe...

Hoy ha sido un buen día: ha conseguido recolectar algo de dinero, unas pocas monedas, que le servirán para comer un poco de pan de pita, algo de cordero, en el puesto al aire libre donde comen los más pobres entre los pobres... Y después, se irá al Mercado Viejo, para rebuscar entre la basura, alguna pieza de fruta para la cena... o, si está más o menos bien, intentar venderla... porque nunca le ha sentado  bien... Todavía recuerda que, hace años, se comió tres "guayabas" que se habían caído del carro de un mercader... y pensó que se moría...

De todas formas, le importa mucho más tener un sitio en el que dormir... El niño sin nombre levanta la cabeza... Una fina cuerda le ha pasado delante de los ojos... Tan cerca, que la ha visto con claridad, a pesar de su vista tan mala... Y allí, flotando en el aire de la tarde, lo ve... ¡Es tan bonito! Una cosa roja, brillante, con mil colores dentro, que se mece, a escasos centímetros de su cara... Algún niño rico estará llorando, seguro... porque una cosa tan hermosa tiene que ser una gran muestra de "afecto", de "cariño", de su "padre" o su "hermano"... palabras que para él no tienen ningún sentido...

Extendiendo la mano, toca la cuerda, se agarra a ella... y la sujeta, mientras con la mirada, busca a su dueño... al bulto pequeño o mediano, que oliendo a limpio, a jabón, y seguro que entre lloros desconsolados bajará corriendo por la calle, buscando su precioso regalo... que por otros niños, sabe que se llaman "globo"... Pero nadie viene... el niño sin nombre piensa que, de todas formas, no hace mal en quedarse el tesoro, por si alguien viene mañana y le pide explicaciones... Quizás incluso le dé una moneda, por evitar la pérdida...

El niño sin nombre está tan nervioso por su responsabilidad... tan contento por hacer algo importante... que cruza sin mirar la carretera, pensando solo en la manera de meter el "globo" entre los barrotes del cementerio... porque es mucho más grande que su cabeza... Es una de las cosas que te dicen los mayores, cuando vives en las calles, y además no ves bien... "Mira siempre antes de cruzar..." Pero él, por primera vez en su vida, no mira... El camión de fruta lo embiste con tremenda fuerza... y otro le pasa por encima... Y el niño sin nombre se muere... Escupiendo sangre por la boca en cada agónica respiración... Dos camiones se paran... Unas manos preocupadas por que la sangre no les salpique, lo apartan a un lado de la carretera... Y lo dejan en la pequeña cuneta, por la que corren las ratas, y las heces, de los que viven en la calle... A nadie le importa... es un niño sin nombre... un "paria", aunque debe ser algo muy malo, él no lo entiende... Otras manos le quitan las monedas...

Y el niño sin nombre se muere triste... porque no ha protegido el preciado juguete del niño rico... Y el maravilloso "globo" rojo se alza en el cielo de la ciudad de "XXX"...

Y el niño sin nombre se muere... Sin saber que su problema de la vista se llama "miopía", y que se cura con las "gafas graduadas"... Que un "padre", una "madre", un "hermano" y unos "amigos" son aquellas personas que te "miman", te "cuidan", te "besan", te "abrazan"... Que su problema con la "guayaba" es que él padece una "intolerancia a la fructosa", y por eso le duele la tripa... pero que eso tiene "tratamiento"...

Por supuesto, se muere sin saber que su vida es tan "importante" como la de cualquier niño "feliz" y "rico"... Ignorando también que aquél "globo rojo" no significa nada para ese otro "niño"... que ni siquiera lo recuerda dos minutos después... porque es un "capricho"... y su "padre" le ha comprado tres: uno blanco, uno rojo y otro verde...

Y que su muerte tampoco servirá para nada... Los encargados del servicio de la limpieza recogerán su cuerpo, lo subirán al camión, y terminará en una fosa común de beneficencia... Pobrecito, niño sin nombre...

¿Y sabes lo peor de todo, querido lector? Que realmente, uno de estos niños sin nombre, que mendigan por millares en las calles de cualquier ciudad, jamás conocerán el significado de las palabras que he escrito en "cursiva"...

Y que, a grandes rasgos, acabas de leer una historia real...

EN TRÁNSITO

Dice una vieja leyenda que, en el cielo (pero no el de los cristianos, sino el otro, el de verdad...) existe un lugar en el que están esperando las almas de todas aquellas personas que murieron demasiado pronto, sin haber completado en la última vida su ciclo vital... y que por eso, tienen que volver a la Tierra, encarnarse de nuevo en un ser vivo y, con un poco de suerte, cumplir su función, y acceder al auténtico paraíso... y fundirse con aquella entidad de los mil nombres, a la que algunos llaman Dios... Se trata, de la teoría de la re-encarnación...

En principio, debería ser algo sencillo: naces, vives, mueres y, con algo de suerte, mueres, y desapareces... como las cucarachas, pero sin insecticida... y en plan "guay"... El objetivo no es volver a la Tierra, sino desaparecer... Pero las cosas, en el fondo, no son tampoco así de simples... puesto que el regreso puede ser con forma humana... o como cualquier ser vivo: perro, gato, león, ballena, mosquito... incluso ameba... Al llegar nuestro momento, y después del juicio de Thot, que decidirá sobre la bondad de nuestra alma y por lo tanto verificará si hemos terminado el ciclo o tenemos que bajar de nuevo a la Tierra, y en qué forma... Aquella entidad, aquél conjunto de almas fusionadas en "algo" que supera nuestra comprensión y, por supuesto, mis palabras, tiene piedad... y nos borra por completo la memoria, en el mismo instante de nuestro renacer...

Piensalo fríamente: igual en tus vidas anteriores has sido vaca lechera, tiburón, mosquito, mujer, chino, africano, elefante... y ahora, te has re-encarnado en humano... y por si fuera poco, me estás leyendo... ¿No has tenido la impresión, al entrar por primera vez en algún sitio, por ejemplo, en un bar, en un restaurante, de que ya habías estado allí antes?¿No has conocido a una persona, y de manera instantánea, experimentas una repulsión completa y absoluta?¿Y lo contrario, cuando te enamoras de alguien, con la primera mirada, y le entregas todo tu corazón, y toda tu alma?¿Nunca has sentido, de repente, una inmensa cantidad de tristeza desplomarse sobre ti, al pasar por un sitio concreto de tu ciudad, o de tu barrio?¿Has olido alguna vez un perfume de mujer, nuevo, exquisito, y sin embargo, te ha traído extraños recuerdos, o incluso una sensación de pérdida?

Es cierto, hay tantas teorías, como personas, como sentimientos... Algunos se remontarán a los "recuerdos atávicos, contenidos en las circunvoluciones del hipotálamo, procedente de nuestro cerebro de reptil", para explicar todas aquellas cosas, y muchas más, de las que te he hablado antes... Otros se referirán a la "necesidad de pertenencia y de referencia al grupo, que te lleva a imaginar sensaciones para encajar", y quizás tengan su parte de razón... Los más devotos del espiritualismo mencionarán "la transmigración de las almas, su persecución de la mitad perdida o alma gemela de vida en vida, hasta alcanzar la perfección"... Y también es posible que tú pienses que "todo esto que me estás contando es una chorrada..." Aunque también es posible que tengas tu propia teoría al respecto... y será perfectamente válida...

Por eso, terminaré de contarte la mía... Porque he viajado a lugares ignotos, sobre los que ni siquiera había escuchado hablar en toda mi vida... y los he reconocido... Porque he visto algunas personas que desde el primer momento me han inspirado repulsión... y descubierto lo que había en su interior... Porque he llorado amargamente al pasar por un sitio concreto, sintiendo oleadas de dolor... y luego he comprendido la causa al revisar un periódico en la Hemeroteca... Porque he olido un perfume... y recordado a una persona que no conocía... Porque he recorrido muchos caminos en busca del amor, de mi alma gemela... y al final, la he encontrado...

Porque hay demasiadas cosas en esta vida que no tienen explicación... demasiados sentimientos y emociones que no pueden entenderse... si no consideras, aunque sea, la remota posibilidad de que se haya producido un pequeño fallo en el procedimiento de borrado de tu memoria... que los informáticos del cielo hayan metido un poco la pata... y tu re-encarnación como ser humano conserve un pequeño retazo de tus otras vidas...

Tal vez, en algún lugar de aquel cielo en el que me gustaría poder creer, se encuentra un alma chiquitita, esperando, a volver sobre la Tierra... quizás, incluso le hayan asignado un cuerpecito, diminuto, poco más grande que la cabeza de un alfiler... y aquella pizquita esté esperando a que nosotros le llamemos, para convertirse en un bebé... nuestro bebé... Y cuando pienso en él, se me hace tan difícil explicarle que posiblemente jamás llegue a nacer de nosotros dos... porque quizás no estamos preparados para ser padres... Y solo espero que mi abuelo haya culminado el ciclo de la re-encarnación de las almas con su última muerte... y que no sea precisamente la suya la que está esperando, desde hace tanto tiempo, para volver a nuestro lado...
Aunque por supuesto, también es posible que esta no sea más que otra de mis historias, por cierto, la número 200 en este blog, querido lector constante... que llega a ti desde el otro lado de la pantalla... tal vez para hacerte pensar un poquito... o para entretenerte... o descansar...