martes, 25 de mayo de 2010

AQUELLA PALABRA EXTRAÑA...


Volviendo la vista atrás, compruebo tal vez un poco asustado, pero solo un poco, que existe una palabra que jamás pronuncio, como si pesase sobre ella una maldición: "amor". Lo más cerca que estoy de hacerlo es cuando digo que "estoy enamorado..." o bien que "quiero" a alguien... De hecho, ni siquiera se lo digo a mi mujer, ni creo de hecho haberla pronunciado más de cinco o seis veces en toda la vida... lo cual viene a ser una vez cada seis años y pico, en el mejor de los casos...¿Qué tendrá aquella palabra, que me da tanto miedo? ¿Por qué me intimida tanto?


Como diría el Abuelo Cebolleta... "cuando yo era joven...", las cosas me parecían bastante más sencillas que hoy, o tal vez lo era mi forma de hacer frente al mundo, a las preocupaciones, sobre todo por un futuro que siempre parecía estar demasiado lejos, ser demasiado extraño o estar demasiado envuelto en las brumas del tiempo... Y por supuesto, el amor, da igual que fuera con mayúsculas, comillas, paréntesis o de cualquier otra manera, no dejaba de ser una incógnita... al menos, el correspondido... Siempre defendía que yo era "un romántico con ataques de realismo", que algún día conocería a "aquella persona tan especial" que me haría sentir "completo", y al menos en siete ocasiones he pensado que la había encontrado... ¿Recordáis aquella larguísima historia, "Segundo y séptimo amor"? Es como si en la casilla de estado civil, yo pusiera siempre "enamorado"...
Supongo que el pequeño detalle era el ser correspondido...
Pero incluso ahora, me sorprende que una persona como yo, que habla y escribe sobre el amor todos los días, sobre sentimientos extremos (rabia, ira, miedo, dolor, celos...) siga teniendo problemas a la hora de pronunciarla... Como mucho, y haciendo un pequeño homenaje a la película "Ghost", puedo responderle a Fátima: "idem"... Y ella me sonríe...
Ahora, que soy más viejo, pero no más sabio, debo reconocer que le tengo miedo... Como si decirle a alguien "te amo" fuera, de alguna manera, ceder el control de una parte de mi vida, de mi cuerpo (el corazón, el cerebro no, que lo tengo demasiado ocupado), a otra persona... y al mismo tiempo exponerte a que te arranquen el alma si la pierdes... Amar debería ser la entrega absoluta, de tu cuerpo, tu alma, tu futuro (¿a quién le importa el pasado?) y, sobre todo, el presente, a otra persona... No sé, espero que con el suficiente entrenamiento y práctica, conseguiré pronunciar aquella extraña palabra... AMOR...
Esta tarde, al volver a casa, comenzaré con los entrenamientos... Cogeré a nuestro gato Chiqui, con sus casi siete kilos de peso y barriga cervecera, lo acunaré entre mis brazos, y le diré, bajito... amor... de gato...

lunes, 24 de mayo de 2010

CUARENTA AÑOS... Y UN DÍA...



Pues sí, cuarenta años y un día... Esto, que puede sonar a historia carcelaria, es justamente mi edad... ¡Qué lejos queda ya la adolescencia, cuando los días pasan casi siempre o demasiado rápido, o demasiado lentos, y a menudo nos dejamos llevar por los extremismos! Mientras estás inaugurando el aumentativo "-añero", es decir, mientras eres un veinteañero, todo me parecía más sencillo: familia, estudios, trabajo, novia.. Incluso el comenzar la tercera década es algo más sencillo de llevar, aunque mis prioridades seguían siendo las mismas, aunque los estudios ya estaban terminados...



Pero desde ayer, ese dichoso "-tón" me pesa... una tonelada... Me siento distinto, como si los viejos trucos para priorizar ya no fueran del todo válidos, y de repente me hubiera vuelto más "responsable", más "maduro", o simplemente, más viejo... Sobre todo, soy consciente de que tampoco tengo demasiados motivos para quejarme, al margen de los inevitables achaques de la edad... Y en cierto modo, es como volver a redactar los (des)propósitos de Año Nuevo, pero siendo un poco más realista... Por eso, me conformo con poca cosa: 1º) ordenar de una vez la mesa del despacho (que las facturas y recibos no se van a guardar solitos); 2º) ir al dentista, que la puta muela me está matando... desde hace tres meses; 3º) llamar por teléfono (aunque es un aparatejo que odio a muerte); 4º) algo más de deporte y vida sana (la siesta no es un deporte olímpico); 5º) ser más cariñoso con mi mujer y mi pequeña familia y 6º) atreverme a decir "NO" más a menudo... Porque el 7º (tener un hijo) y el 8º (publicar un libro) no dependen exclusivamente de mí... Y los últimos dos, los dejo en blanco, para que me queden algunos deseos por cumplir...

viernes, 21 de mayo de 2010

CUATRO BOLAS NEGRAS


Algunos piensan que es mentira... otros que solo es una fábula... pero yo pienso que es cierto... Esto es lo que colgaron de la red hace un par de semanas:

Cierto día de enero del año del Señor de 1845, el profesor James Fitzpatrick estaba en su pequeño laboratorio en la localidad de Limerick, completamente inmerso en sus investigaciones sobre el peso del alma humana, y bastante entristecido por no conseguirlo, se estaba tomando con retraso el té de las cinco, cuando llamaron a su puerta...

Al abrirla, se encuentra con una enlutada señora, provista de un curioso sombrero, con un carrito de niño, dentro del cual estaban depositadas cuatro grandes bolas negras, de apariencia bastante siniestra... Pues su interior ondulaba levemente, como empujado por algún extraño viento... De hecho, al entrar la señora en el rellano de la casa, la temperatura desciende un par de grados... El profesor se mantiene a la expectativa, deseando que la señora hable, para así conocer al menos las razones de su irrupción en su casa, a una hora tan poco civilizada. Sin embargo, ella se limita a entregarle una carta lacrada, que extrae de un pequeño bolso...

"Querido profesor Fitzpatrick... En nombre de todas mis compañeras, quiero pedirle que abandone inmediatamente sus investigaciones sobre el alma humana, su peso, volumen y de cualquier otra similar. Los hombres no deben ocuparse de este tipo de asuntos, y menos en los tiempos del hambre... Pues cada vez que un mortal se preocupa por cosas sin demasida importancia, cada vez que no actúa como es debido, buscando soluciones, está generando emociones negativas... Y esas emociones, aunque usted no pueda verlas, se condensan como nubes de negatrones, envueltas en efímeras esferas de jabón... Cuando son lo basante pesadas, se deslizan de una dimensión a otra, y se acumulan en el desierto de Astaroth... Es un desierto tan grande como la Tierra entera, con una serie de sumideros, donde se pueden eliminar para siempre... Nuestra función es precisamente el transportar las esferas negras desde el lugar donde se materializan hasta el de eliminación... Pero usted, con su negativismo, tan racional y civilizado, nos está sometiendo a una gran sobrecarga de trabajo, y por eso le traemos las que usted generó en las últimas dos semanas, para que usted disponga de ellas como más le plazca. No se preocupe por tonterías, y procure investigar cosas útiles para el ser humano, como una forma de combatir la plaga de la patata. Cordialmente, el departamento de eliminación de ideas negativas."
En cuanto el profesor hubo terminado de leer la carta, alzó la mirada hacia la estrambótica señora, pero se había esfumado, con el carrito y todo... Como único recuerdo de su presencia, solamente le quedaban las cuatro ominosas esferas negras sobre la mesa del salón, y la carta... A partir de ese momento, el profesor Fitzpatrick se centró en la investigación para intentar combatir la terrible plaga, y tratar de esa manera de mitigar los sufrimientos de su pueblo. Años después, al morir dejó en herencia varios tomos de su obra "Sobre las tácticas más eficaces de combatir la plaga de la patata", una extraña carta, y las cuatro enigmáticas bolas negras..."
¿Realidad o ficción? En el fondo, poco importa, salvo en todo caso su moraleja: Hay que preocuparse por las cosas importantes de la vida, y no perder el tiempo con absurdas inquietudes.

lunes, 17 de mayo de 2010

MIÉNTEME...


Miénteme, por favor, amor mío...

Miénteme, y dime que no es cierto, que todavía me sigues queriendo, como yo te quiero...

Miénteme, aunque sea solamente por lo que fuimos en otros tiempos, ya sabes: amigos, amantes, compañeros, cómplices...

Miénteme, para que yo pueda hundirme una vez más en tus ojos negros, en las fosas abisales de tu alma, para que busque la verdad en el fondo de ellos...

Miénteme, y dime que no hay nadie, ni más, ni mejor ni peor, que el mundo desconocido de tu corazón sigue siendo para nosotros dos, solos...

Miénteme, y dejame soñar, con otros tiempos, más sencillos, y cálidos, y apasionados...
Miénteme, y dime que nada nos separa, que todavía estamos a tiempo, que todavía estamos a tiempo...
Miénteme... y dime que me amas...
Miénteme...

sábado, 15 de mayo de 2010

AQUÉL SEÑOR CON BOINA...


Mi abuelo era un señor mayor con boina negra, cara arrugada, sobre todo alrededor de los ojos, él decía que de tanto sonreír cuando nos veía, a mi hermana y a mí, correr veloces a recibirle, cuando volvía a casa...

"Erase una vez que se era, tres...", lo que fuera, todas las noches le pedía un cuento, cualquiera, pero con el número tres: los tres cerditos malos, los tres lobitos buenos... las tres excavadoras... y más de una vez le ponía en aprietos.... pero, sin embargo, nunca repitió un cuento...

Supongo que mis primeros recuerdos juntos, son de cuando me acunaba en los brazos todas las noches, o las tardes, o cuando fuera, y solo en su regazo era capaz de dormirme, tranquilizado por el sonido de su grande y fuerte corazón... Uno de los mayores "sustos" de mi infancia fue la mañana en que entré en su dormitorio, y vi los dientes dentro de un vaso de agua...

Estoy convencido de que ya nació viejo, pues cuando mi madre me enseña alguna foto de cuando él era más joven, me cuesta reconocerlo, y de hecho, no me lo imagino con pelo, con dientes auténticos, o sin una chapela negra... Creo que no habré visto más de una docena de fotos de su juventud... Si bien lo más importante no es cómo fuera en realidad, sino cómo yo lo recuerdo... Y hasta qué punto ha influido en mi desarrollo como "persona humana"...


Toneladas métricas de cariño y de bondad, desde los interminables paseos por el pasillo de nuestra casa, mientras me contaba un cuento hasta que yo me quedaba dormido... hasta las carreras salvajes de triciclos por el Parque del Retiro, con mi hermana, durante nuestra infancia... todas las veces que le conté mis desengaños amorosos... o que descubrí que era él quien me tranquilizaba...
Su lugar preferido de toda la casa era el comedor, sobre todo el sillón que estaba cerca de la ventana, para ver un poco la tele, sobre todo las noticias, o alguna película, y ocasionalmente, una corrida de toros... Nunca le gustó el fútbol, pero sí la política... Sus grandes pasiones eran el estudio, y la literatura...


Sigo pensando que le fallé en los últimos años de su vida, al mismo tiempo que le fallé a mi madre... Mientras pudo caminar, mientras salía todas las tardes de paseo, aunque fuera una triste vuelta a la manzana, conservó una cierta calidad de vida, y también la tuvimos nosotros... No estuve a su lado el día de su muerte, y de todas formas, prefiero recordarlo en vida, como aquél señor con boina y ojos bondadosos... que me enseñó tantas cosas de la vida...

jueves, 13 de mayo de 2010

LLORA, PAYASO....



Invadido por la tristeza, destrozado por aquél amor que le ha robado la alegría de vivir, por aquella ausencia tan dolorosa, intentas evadirte a través de la música secreta de los viejos amantes, dentro de la fanfarria del circo, el juego de las luces y el silencio de la pista... Y entonces, caminas bajo el foco de los proyectores, hasta el medio del círculo sagrado de arena y serrín... Los niños te aclaman, corean tu nombre... "¡Jean Christophe! ¡Jean Christophe!" Quieren reír... necesitan soñar... El público, exigente, inteligente y posesivo, reclama tus bromas, tus gags, los monólogos chispeantes, algunos trucos de alta magia, y por encima de todo, sonrisas, risas y carcajadas... Tu función es satisfacerlos... Eres "el único, el magnífico, el soberbio... mago payaso...." Y cumples con tu función, en el pequeño gran universo...

Más tarde, tus compañeros te felicitan... "¡Bravo! ¡Magnífico! ¡Espléndido!" Aquellos halagos, aquellas palabras de admiración y ánimo te persiguen... Pero tú no dices nada, no hablas, te limitas a saludar, a sonreir... En el fondo, no tienes nada que contarles... Y sobre todo, no quieres participar en las celebraciones de la última función en aquella pequeña ciudad de provincias... Porque estás muerto... tienes la muerte en el alma...

Diez minutos antes de tu triunfo, has recibido la llamada que llevabas tanto tiempo esperando y temiendo... Los peores pronósticos se han confirmado... se trata de un cáncer linfático... está muy avanzado... y los doctores no pueden hacer nada por ayudarla... Veintidos años, ocho años más joven que tú... Y los sabios, los médicos brujos, los chamanes, los hechiceros de la medicina moderna, te confirman que se morirá dentro de poco tiempo... semanas, meses tal vez... No habrá otra primavera... ni otro verano... para ella... Lo más seguro, morirá en diciembre, y quizás los copos de nieve serán su mortaja...

Y las lágrimas, que has conseguido retener mientras estabas con ellos, resbalan por tus blancas mejillas... Y tu corazón se rasga cuando entras en tu caravana... Ni siquiera tienes fuerza para lavarte la cara... Pobre payaso que no puede reir más... que no puede vivir más...

domingo, 9 de mayo de 2010

TOCANDO EL CIELO


Domingo por la tarde, en Madrid... entre lluvias y claros, pasan las horas, y se acercan los viejos ritos... Y aparecen algunos recuerdos... Y demasiados sueños...
Pasear por el parque desierto, con el suelo oliendo a lluvia, y la humedad elevándose, perezosa, entre los arbustos, y que forma suavemente una especie de niebla... El sonido de mis botas en la tierra empapada, y la impresión de estar estrenando el atardecer... O de asistir al final del día, en butaca de patio, y como único destinatario de la sinfonía de olores, colores, las caricias del viento entre los árboles, de algunos recuerdos muy dispersos, incluso dos o tres buenos... Cuando eres niño, algunas cosas parecen más sencillas, más factibles... Como tocar el cielo...
Al ver los columpios, con el inmenso charco de agua que inevitablemente recubre las rodadas de los pies de los niños, viajo al pasado, y recuerdo el frescor del aire, la sensación de ligereza, casi de abandonar el cuerpo, el sonido de las cadenas, las visiones del cielo azúl del verano, lanzarte con los piés por delante hacia las nubes, siempre más alto, siempre más lejos, que si te das impulso con un poquito más de fuerza, lograrás volar como los pájaros... Y durante aquellos breves instantes, tanto en el recuerdo como en el presente, porque al final no he podido resistirme a subir en el columpio (como solamente los adultos saben hacerlo, con esa mezcla de placer prohibido y de miedo al ridículo y de pánico a caerte al suelo)...
Noto que estoy tocando el cielo...

sábado, 8 de mayo de 2010

PIRATAS DE AGUA DULCE



Sentir de nuevo la brisa en la cara, y oler aquella extraña mezcla de salitre, algas, tierra mojada...
Tener delante exclusivamente la inmensidad del mar azul, aunque para ello sea necesario madrugar...
Y escoger el compartir o no esos momentos mágicos... quizás incluso el ser egoísta por una vez...
Necesito volver al mar cada verano, o en semana santa... al menos, una vez al año, para recuperar las fuerzas...
Soy el típico pirata de agua dulce, pero sin pata de palo, ni parche en el ojo, ni siquiera un loro a plias (made in Tai Wan) que repita eso de "¡Al abordaje mis valientes!"...
Me gustaría poder meterme en la foto, como en los cuentos, y caminar por la arena caliente... Y tumbarme, con un buen libro en el regazo, o simplemente escuchando la eterna canción de las olas....
Pero este año, tendré que conformarme con poner sal gorda en un cuenco de agua caliente para recrear un poco el olor, poner a tope los altavoces, y escuchar uno de los temas de sonidos de la naturaleza mezclados con música new age, y cerrando los ojos, visualizar aquella tranquila superficie... Y quién sabe, tal vez encontraré una sirena...

viernes, 7 de mayo de 2010

MUJER AZUL SOBRE FONDO NEGRO



Están ahí, lo sabes... Puedes olerlos... Casi puedes verlos... Te están esperando... A tí... Solamente a tí... Y de todas formas, estás sola...


En el escenario... Tras las cortinas, oyes sus voces, mejor dicho, sus murmullos... ¿Quienes son? ¿Conocerás a alguien, al margen de los amigos habituales, que han venido a animarte, para que no te sientas sola frente al público que abarrota el salón de actos del centro cultural de la periferia de Madrid? ¿Algún viejo amigo, algún conocido? Pero no hay tiempo de más dudas y, con tu mejor sonrisa patentada marca Acme en los labios, te preparas para seguir con la función...
Se levanta el telón... Y allí estás... Con tu vestido de flores pequeñas sobre fondo beige, tan ambientado en los años donde se desarrolla la historia, con tus zapatos a juego... Y el corazón latiéndote fuertemente, entre tranquilo y nervioso... Conoces la obra, a la compañía, no en vano muchos de ellos son amigos tuyos, y deberías sentirte tranquila... Pero no lo estás... Siempre puede fallar algo...
Un ratito después, habiendo terminado el dúo cómico del cucarachicida (posiblemente uno de los momentos más divertidos de toda la obra), llega tu solo... Y allí estás... En mitad del escenario, iluminada por el potente foco de luz blanca, que te deslumbra, y con el corazón, ahora sí, latiendo más rápido, empiezas a cantar... Y una vez más, de manera inconsciente, vuelves a sentir curiosidad por el público... Es duro cantar de esa manera, completamente sola... Pero de todas formas, es algo que llevas en las venas... Y tu voz sale despedida desde lo más profundo de tu corazón, de tu alma, de tu mente...
Termina la representación... y regresas a la realidad, después de haber vivido intensamente aquella historia de amor, de tristezas, de pérdidas, de entregas totales, de taquilleras y comediantes... Y al ponerte de nuevo tu ropa, tal vez te sientes más libre, o más débil, o más vulnerable, quién sabe... Y las rosas azules alcanzan tus sueños...
Aunque una parte de tí sigue en el escenario, hechizando los recuerdos... Mujer azul sobre fondo negro... sola frente al mundo, una vez más...

martes, 4 de mayo de 2010

PREDICCIONES DE UNA MÁSCARA


Algunas máscaras dan miedo, otras no. Las que llevamos todo el tiempo, en la vida diaria, no me asustan... Pero las que impiden observar la expresión de otra persona, durante un baile de disfraces, me inspiran terror...

Todo comenzó en la segunda noche de Carnaval, cuando el Casino decidió organizar un evento, parecido al del Círculo de Bellas Artes de Madrid... pero sin tanta etiqueta... que de todas formas, estamos hablando de un pueblo grande de Extremadura... Sobre todo por garantizar la comodidad de los asistentes, de manera excepcional, se alquiló el Pabellón del Parque de los Reyes Católicos, se contrató personal especial para recibir a los invitados y atender en las barras y el guardarropa, y se puso una densa alfombra roja desde la entrada del parque... También se hizo venir una pequeña orquesta, con su cantante más o menos entrada en carnes, y por si alguien se despistaba y venía sin el disfraz, los organizadores compraron un surtido de máscaras, caretas y antifaces a los chinos de la esquina...

Era una hermosa noche, plagada de estrellas, con la luna brillando muy alta en el horizonte, y la fiesta, que llevaba más de tres horas, alzancaba su máximo esplendor... Hasta que llegó ella, envuelta en una especie de sudario magníficamente trabajado, desgastado en los lugares oportunos, con algunas telas de araña perfectamente imitadas (incluyendo las larvas de mosca y las pequeñas cucarachas), y a pesar de todo, sus brazos, y sus manos, y su cuello, eran incluso más blancos que el revoco de las paredes... salvo por algunos cardenales en brazos y muñecas y cuello... De su cara, nada se sabe, pues llevaba puesta una extraña máscara, como la de la foto, con su uniformidad blanca rota por los labios rojos y la parte superior izquierda de color negro...
Aunque nadie sabía de dónde había salido aquella mujer, pues era más que evidente que se trataba de una fémina, incluso sin fijarse en su abdomen distendido, casi de parturienta... No se movía demasiado de su esquina, pero de vez en cuando, se acercaba lentamente a una persona, y tras murmurarle algunas palabras al oído, regresaba a su lugar. Por lo que se supo después, ninguno de los mensajes era precisamente positivo: todos ellos avisaban de calamidades, una inundación en el campo, un coche incendiado, un adulterio, una epidemia en el ganado...
A las cuatro de la madrugada, desapareció igual que vino, sin dejar rastro... Se dice, se comenta, se rumorea, que uno de los más jóvenes (que iba caracterizado como la muerte, con su guadaña y todo) le pidió a la enmascarada que le dejase ver su rostro, pues según ella, de todas formas iba a morir esa misma noche... Ella accedió... Y retiró la máscra... solo para dejar al descubierto los ojos pálidos y sin vida de una mujer muerta...
Han pasado tres meses... y todas las predicciones de la enmascarada se han cumplido... Nadie sabe ni quién era, ni de dónde había salido, ni por qué nos avisaba sobre unas catástrofes y accidentes que no podemos evitar... De todas formas, veo bastante complicado que se produzca una avalancha de nieve a estas alturas del mes de Mayo, y mucho menos con este calor...
¿O tal vez no?
Pues el cielo, de repente, se ha puesto gris... Y están cayendo los primeros copos...

lunes, 3 de mayo de 2010

UNA NINFA EN EL PARQUE


Se dice, se comenta, se rumorea, que con un parque tan grande, con tanta historia, y sobre todo con tantas fuentes y estanques, era cuestión de tiempo el que apareciese una ninfa, saliendo del agua, una cálida tarde del mes de mayo...


Ni siquiera entre quienes pudieron verla de cerca, desde el mismo momento en que las primeras burbujas empezaron a salir de agua a unos metros de la cascada, hasta que su cabeza fue surgiendo lentamente a mitad del estanque, nadie se pone de acuerdo en el color de su pelo, o en su tez... Martita, una niña de cinco años que jugaba con un barquito de papel junto a la orilla, insistía en que "era una señora muy guapa, con el pelo largo, muy largo, pelirrojo, los ojos verdes, muy blanca y muchas pecas"... Luis Manuel, de diecisiete (que estaba fumándose un narguile con los colegas), asegura que "estaba muy buena...labios turgentes... pelo negro, largo y sedoso... y unas tetas impresionantes...". Pero Álvaro, su compañero, asegura que "era rubia, más bien tenía poco pecho, pero al tener la túnica tan mojada, resaltaba más..." Sin embargo, Rocío, de veinte, que leía un libro de Tagore sobre la hierba, afirma "no era gran cosa, demasiado pálida, pero claro, con ese frío..."


Y lo mismo sucedía con la veintena de personas que presenciaron su aparición... No había dos descripciones iguales: era rubia, y morena, y leliroja, y castaña, y con mechas; sus ojos eran verdes, azules, negros, grises, amarillos, rojos (¡!)...; sus brazos eran largos, cortos, medianos, proporcionados, flacuchos; sus pechos turgentes, caídos, pequeños, perfectos, demasiado grandes...; su ropa, una túnica, una camisa larga, una chilaba, un tutú (¡!), iba desnuda...; su piel era blanca, levemente bronceada, muy pecosa, muy bronceada, azúl...; sus caderas eran estrechas, ajustadas, perfectas, un sueño, estaba rellenita...; sus piernas, largas, ondulantes, cortas, patizamba...; sus pies eran muy pequeños, muy grandes, no tenía, eran patas de pato...


Nadie, absolutamente nadie, se ponía de acuerdo en nada de lo referido a ella... Salvo en una cosa: que respondía perfectamente a su ideal de la mujer perfecta, de todos y cada uno de ellos, y de ellas... Y que cuando terminó de salir del agua, estirándose perezosamente, sus ojos seguían, golosos, cada gota que resbalaba por su cuerpo...


Tal vez por eso, porque solamente de pensar en ella, a los propios agentes se les aceleraba el pulso al imaginar la imagen de aquella mujer sin igual, decidieron cerrar el caso antes de volver a la Comisaría... Y dar carpetazo al asunto... Una ninfa en un parque de Madrid... ¿qué bonito, verdad? Pero...


¿Y si no era una ninfa?


¿Qué es lo que vieron en verdad la veintena de testigos?


¿Por qué se congregaron allí, precisamente, una cálida tarde de mayo?

¿Por qué encontraron los agentes los restos de numerosas velas, parcialmente consumidas, alrededor de la orilla?

¿Qué ocurrió realmente?



domingo, 2 de mayo de 2010

QUERIDA HIJA....

Querida Hija: cuando leas estas líneas, lo más seguro es que yo haya muerto hace algún tiempo... por eso, en vez de dejarla con mis cosas, se la entrego al tío Marcial, que es tan despistado, para que te la dé cuando hayan pasado varios meses, incluso un año, desde mi muerte... ¿Que cual es el motivo que tengo para hacerlo? En el fondo, el más noble: intentar mitigar tu dolor...


Te conozco muy bien, hija mía... Siempre estás haciéndote la fuerte, la dura... te haces responsable no solo de tu hermano pequeño, sino también de tu padre... Y te dedicas a interiorizar el dolor, y te niegas incluso a llorar, a sentir... Y llegará un momento en el que te negarás incluso a ser feliz, porque yo no estaré a tu lado...


Una de las pocas cosas "buenas", si es que tiene alguna el cáncer, es que te permite hacerte una idea del tiempo que te queda por vivir... Sé que va a ser muy poco, hija mía, cuestión de semanas, un par de meses todo lo más, por eso quiero escribirte esta carta, aunque tenga que dictársela a tu tío Marcial, mi hermano...


¡Son tantas las cosas que me gustaría decirte, y tan poco el tiempo que me queda, que me cuesta mucho decidir por dónde empezar! Comencemos por lo más sencillo: te quiero, hija mía. Te quiero como posiblemente nunca te volverán a querer... porque hay pocos amores más fuertes que el de una madre por su hija... Es una comunicación especial, el haberte llevado nueve meses dentro de mí, que además fueras nuestro primer hijo, y que papá y yo te quisieramos tanto antes incluso de tu nacimiento... Sí, es cierto, a tu hermano también le queremos mucho, pero no es lo mismo: él es un hombre, se parece tanto a tu padre, y le cuesta más expresar sus sentimientos... He tenido la gran suerte de verte crecer, de estar a tu lado en casi todos los momentos importantes de tu vida, desde el mismo día en que te agarraste con fuerza a mi pecho, y empezaste a chupar como si te fuera en ello la vida...


Recuerdo tus primeros pasos, aquella tarde del mes de marzo, en el jardín de la comunidad, cuando caminaste entre papá y yo, los dos tan pendientes para evitar que te cayeras y te hicieras daño... Tus primeros intentos con el triciclo, la cara de velocidad que se te ponía mientras te lanzabas por el pasillo a toda velocidad... y el colchón de gomaespuma que tuvimos que poner una temporada en la esquina de la cocina, para protegerla de tus topetazos...


Y la primera vez que te vestiste de señorita, con tu vestido blanco, los zapatitos, bolsito... te sacamos a la calle, para presumir un poco de dí con los vecinos... ¡Y no tardaste ni dos minutos en sentarte en el alcorque de un árbol, y ponerte de barro hasta las cejas, pues habían regado las plantas hace poco tiempo! ¡Y estabas tan feliz!


El primer día de clase, extrañamente, no hubo traumas (con tu hermano, sin embargo, fue todo un número, parecía que le íbamos a quitar la vida por separarle de las piernas de tu padre, a las que se abrazaba con tanta fuerza)... Pero tú te dejaste llevar como una campeona, dando quizás muestra de la fuerza que has tenido (y tendrás) toda tu vida: solo una lágrima, y luego, empezaste a sonreír de nuevo... Aquella tarde, volviste a casa con un roto en el vestido, un ojo morado y la nota de tu profesora: "Su hija se ha peleado en el recreo con un niño mayor... por decir que no existen los Reyes Magos..." y tú estabas bien orgullosa del roto y del morado... ¿Cómo no estarlo, si estabas defendiendo tus ideas y tus creencias? Aquella fue la primera vez que plantaste cara al mundo...


Y te fuiste haciendo mayor, llegó y pasó tu primera bici... tu primer amor: te pasaste media tarde llorando en mi regazo, en el salón, porque Mauricio te había dicho que eras fea... ¿Fea tú, mi amor? ¿Con esos tremendos ojos negros, que volvían locos a todos los chicos? ¿Con esa larga melena, que te gustaba recoger en una coleta cuando jugabas fuera de casa? ¿Con esa hermosa boquita? ¿Y con esa personalidad, esa forma de ser tan alegre, que cautivaba incluso a quienes no te conocían más que de oídas?


Todo esto, hija mía, para recordarte que he estado a tu lado en casi todos los momentos importantes de tu vida, que siempre te he querido, y que por supuesto, siempre te querré... Hay dos momentos, únicamente, que me dolerá mucho perderme... El día de tu boda, cuando avances hacia el altar, "blanca y radiante", como dice la canción... con la marcha nupcial resonando en la parroquia...Y con tu padre, vestido con su mejor traje, acompañándote hacia el altar, intentando estar serio y concentrado... pero sin parar de mirar hacia el banco donde yo estaría de seguir con vida... Tu hermano, tan brutote, hará lo de siempre, para remontarte el ánimo: es decir, el ganso, poniendo su mejor cara de boxeador noqueado, y levantando los pulgares... A él, a tu futuro esposo, no puedo ponerle cara... porque todavía no le conoces (o eso me aseguras... mirando hacia otro lado, señal clara de que hay alguien que te gusta...)... Y puedo imaginarme las fotos, con los amigos, con la familia, con tu nueva familia, en aquél momento tan importante... y el banquete de bodas, con lo bonita que es Barcelona, seguro que encontrareis un lugar hermoso... No os olvidéis del dragón del Parque Güell...


El segundo momento que me dolerá mucho perderme, hija mía, será cuando tú también seas madre... Es algo que no se puede explicar a un hombre... Y no me refiero solamente a los cambios hormonales, a los cambios alimenticios, mi antojo fueron los espárragos de Navarra con mayonesa recién hecha...a cualquier hora... Es todo eso, y mucho más... la sensación de estar llevando en tu interior una nueva vida, fruto del amor, creo que no hay nada más bonito... El parto... curiosamente, el tuyo fue mucho más sencillo que el de tu hermano, con él estuve casi doce horas... Y luego, cuando por primera vez le veas la carita a tu hijo, seguro que el primero será un hijo, y lo escuches llorar, y lo laven y te lo pongan sobre el pecho para que empiece a mamar... En ese momento, si yo estuviera contigo, se cerraría el círculo, y yo me quedaría a tu lado, mirándote, sin necesidad de decir una sola palabra, pues entre madre e hija, a veces no es necesario...


No, hija mía, no voy a poder estar cerca de ti en esos dos momentos... ni tampoco en los miles de pequeñas ocasiones en las que me echarás de menos con el paso de los años... Cuando pongan en la tele una de las películas románticas que nos gustaban a las dos, sobre todo "Ghost"... Cada vez que escuches por la radio una de nuestras canciones (por ejemplo, de "Evanescence", ese grupo que empecé a escuchar por ti)... Cuando veas una madre con su hija, paseando de la mano por Las Ramblas... Al principio, te sentirás fatal... No tendrás ganas de hacer nada, ni de vivir casi... Espero que al menos habréis dado lo antes posible casi toda mi ropa al asilo, menos esa gabardina y el jersey negro de cuello vuelto que tanto te gustaban ya de adolescente... Y muchos días, al despertarte, te acordarás de repente de que yo no estoy contigo, y te pondrás a llorar contra la almohada, para que nadie se entere, y dirás que es por la alergia...


Pero ya no puedes seguir así, amor mío...Tienes que atreverte a vivir... a seguir viviendo... a rehacer tu vida, y recuperar tu ilusión, poco a poco... No puedes seguir siempre así de triste... Tienes que animarte, volver a sonreír, a tener ilusiones... Si no lo haces por ti misma, hazlo por mí... sabes que no me gusta verte triste, que no puedo soportar ver que tus preciosos ojitos están empañados por el llanto, ni que tu sonrisa se esconda como un caracol tímido... Yo siempre te he querido, hija mía, desde antes incluso de tu nacimiento... Y siempre te querré... porque el amor entre madres e hijas es mucho más fuerte incluso que la propia muerte... Aunque no me veas, yo siempre estaré a tu lado, y notarás mis besos en el viento...

Te quiere, ahora y siempre...

Mamá


LA MADRE DEL DÍA DE LA MADRE


La celebración más antigua del Día de la Madre es mitológica. Empezó en la Grecia antigua, por las festividades en honor a Rhea, la madre de los Dioses Júpiter, Neptuno y Plutón.


A principios del siglo XVII Inglaterra empezó a dedicar el cuarto domingo de la Cuaresma a todas las madres operarias. En este día ellas eran dispensadas de sus trabajos para que pudiesen quedar en casa con sus hijos y sus madres. En este día denominado "Domingo de Servir a la Madre", se celebraba con la preparación de un cake (torta)

Anna Javis: La madre del Día de la Madre

En los Estados Unidos, la primera sugerencia a la creación del Día de la Madre ocurrió por el siglo XIX, cuando la escritora Julia Ward Howe organizó en Boston un encuentro de madres dedicado a la paz. A partir de ahí, la lucha por honrar a las madres la tomó Anna Jarvis (en la foto), a principios del siglo XX, en una pequeña ciudad del Estado de Virginia Occidental. Acompañada por un grupo de amigas, Anna empezó un movimiento para instituir un día en que todos los niños pudiesen homenajear a sus madres. Esa lucha la ayudó a salir de una profunda depresión debido al fallecimiento de su madre, y en poco tiempo la celebración se alastró por todo el país haciendo con que el Presidente Wilson oficializara el Día de Madre como día de fiesta nacional, siendo celebrado todo segundo domingo del mes de mayo. Con el tiempo, otros muchos países, de distintas partes del mundo, se fueron sumando a la celebración.


La idea principal de Anna Javis era fortalecer los lazos familiares y el respeto por los padres. Un sueño realizado. Pero con el tiempo, la celebración fue perdiendo el sentido para ella. La popularidad de la fiesta hizo con que la fecha se convirtiera en un día lucrativo para comerciantes, principalmente para los que vendían claveles blancos, la flor que simboliza a la maternidad. Anna Javis, que pasó prácticamente toda su vida luchando para que las personas reconociesen la importancia y el valor de las madres, entró con un proceso para anular el Día de la Madre, pero no tuvo éxito. "No creé el día de la madre para tener lucro", dijo furiosa a un reportero, en 1923, Se murió en 1948, a los 84 años de edad. Recibió tarjetas conmemorativas de todo el mundo durante años, pero no llegó a sentir lo que era ser Madre."

(información extrraída de Guía infantil.com)

(A modo de epílogo: Si tenemos en cuenta cuál era la idea de esta pionera en la celebración del día de la madre, hasta qué punto se oponía a su comercialización... Me pregunto qué opinión tendría de tanta parafernalia, desfiles, regalos a mansalva, falsas felicitaciones que no se entregan de corazón, y como torciendo el gesto, pues a veces surgen cosas mejores que hacer... Lo mismo se puede decir de los demás días de... "del padre"... "de los abuelos"... "de los nietos"... El amor por alguien no debe limitarse a un solo día... Hay que demostrarlo también el resto del año...)

SOBRE LA ESCRITURA Y OTRAS CUESTIONES


Muchas veces, cuando enciendo el ordenador, ya sea en casa o en el trabajo, hay una pregunta que me planteo con frecuencia... y para la cual no consigo encontrar una respuesta redonda, tal vez no demasiado sincera, pero de esas que inevitablemente te hacen pensar: "Eureka"... Y tal vez, justamente esta incapacidad de hallar una respuesta satisfactoria, se deba a la propia naturaleza de la pregunta: "¿Por qué escribo?"


Supongo que no es extraño que una persona como yo, que lleva decenas de historias publicadas en el blog, se pregunte por sus motivos... Y que es algo que le sucede, en mayor o menor medida, a todos los "bloggers", es decir, a todos los que publicamos nuestros pensamientos en un "blog". Hace algunos días, participando en una de esas extrañas cadenas de pensamientos que se generan en el "carapocha" (también conocido como "caralibro" o "facebook"), estuvimos hablando sobre la escritura, sobre si era un don o no, una maldición o una bendición... Y yo argumenté que era las dos cosas a la vez... Una maldición, porque si te gusta escribir, en cualquier cosa puedes encontrar una historia (una foto, un comentario al azar, un pensamiento...) y si no le haces caso en el momento, puede desaparecer para siempre... Mi mujer ya está más o menos acostumbrada a que me levante en plena noche, y me vaya al despacho a escribir, aunque procuro hacerlo sobre todo los fines de semana que no trabajo... Otra de mis manías es llevar siempre encima el teléfono móvil, pues la función de crear notas me resulta super útil para apuntar datos de una historia, o un poema completo, mientras viajamos en el metro... Pero como decíamos antes, que no ayer, es también una bendición, pues te da la oportunidad de plasmar tus sentimientos, tus ideas, de comunicarte con los demás aunque no los veas, de ejercer tu creatividad, diseñar personajes, investigar argumentos, y en definitiva, escribir te permite vivir mil vidas en una sola.


Por supuesto, el resultado de ese proceso creativo puede ser muy distinto de lo que tú imaginabas al principio: por ejemplo, una historia en apariencia romántico/melosa se puede convertir en un relato de terror bastante fuerte; dentro de un cuento macabro de repente aparecen detalles realmente hilarantes; y un simple reloj de péndulo se vuelve una historia de ciencia ficción y de paradojas espacio-temporales. Cuando me sitúo delante del teclado (yo jamás escribo a mano, tras una operación de muñeca que salió bastante mal), en muchas ocasiones, no sé lo que voy a "parir", ni cuanto tiempo me va a llevar. Tampoco me importa demasiado el lugar, pues algunos de los relatos que más me gustan han sido urdidos en medio de la jornada laboral, con el ruido de fondo de los teléfonos, las voces de los mensajeros, atendiendo a las visitas, echarle una mano a mi compañera de la recepción, Mar (una de mis primeras lectoras...) y a pesar de ello, en menos de una hora, ya estaba terminado, pulido y volcado en el blog. A raíz del cambio de jornada, dispongo de todas las tardes libres, por lo que casi siempre me siento en el despacho, delante del ordenador, con "Kiss FM" o "Máxima FM" en la radio, y la única compañía de nuestro gato Chiqui en la silla de visitas, desde la cual me contempla atentamente mientras escribo, como si me estuviera vigilando... Y se dedica a abrir un ojo y a mirarme fijamente, en cuanto mis dedos dejan de teclear... y se vuelve a dormir, tal vez arrullado por el sonido de las teclas...


Solo hay una regla que respeto a la hora de escribir: no hay historia si no hay foto. Normalmente, primero se me ocurre un tema, pero necesito una ilustración que me guste para darle cuerpo. Unas veces, la búsqueda es muy rápida, tecleo los parámetros de la imagen que necesito en "Google", por ejemplo chica de espaldas buscando al mar, y lo complicado suele ser escoger entre toda la oferta... aunque muchas veces, tengo que hacer varias búsquedas, pues no en cuentro nada. La segunda opción, y es la que utilizo en casi todos mis juegos, es seleccionar una foto que me llama la atención, y escribir la historia en torno a ella, desarrollarla a mi manera...


Hay una restricción bastante importante: no puedo escribir sobre un tema que no siento o que no me interesa. Ya lo he intentado en un par de ocasiones, dedicarle una historia a un personaje de mi infancia, a una actriz, a un amigo, pero eso no funciona bien. Siempre pienso que soy un "blogger", no un publicista ni un "copy", no tengo que vender una tostadora ni cantar las alabanzas de un plan de pensiones. Puesto que no cobro por escribir una historia, al menos, intenteo ser lo más libre que puedo hasta el final del proceso.


Los argumentos, como ya sabrás, son de lo más variados, aunque debo confesar que tengo cierta debilidad por las historias de amor... soy un romántico incurable, me temo, anque la vida te acabada dando las suficientes hostias para serlo un poco menos. cada día que pasa.. Por eso, en este blog, hay un poco de todo, algo de humor negro, alguna historia muy suave de miedo, algo de ciencia ficción, y muchos detalles sobre la ecología... Pero se me ha quedado pequeño, y por eso he lanzado los blogs paralelos: "hombresdetintapalabrasoscuras.blogspot.com", para las historias de terror "light", un poco extrañas algunas de ellas (con algunos guiños a Edgar Allan Poe y a Lovecraft); "hombresdetintaversosdispersos.blogspot.com", que es sobre todo poesía, y sentimientos, a mi manera (nunca he tenido paciencia para estudiar la métrica); y luego el blog en francés, "deshommesdencreetdesang.blogspot.com", pues a veces necesito utilizar aquella lengua, para expresar ciertos sentimientos.... Es posible que en un futuro me embarque en otro blog, no lo sé...


Sobre la frecuencia con que escribo y publico... casi siempre, le dedico dos o tres horas al día a la escritura, y a la investigación en la red sobre los temas que trato: no es posible hablar de investigación genética sin tener algunas nociones, y lo mismo sucede con ciertas leyendas y tradiciones, tipos de demonios, atentados terroristas... Vale, un par de días no te van a convertir en experto, pero al menos no quedas como un ignorante ni metes la pata hasta el fondo. Un buen día, puedo subir a los blogs dos o tres historias, uno malo, una o ninguna, todo depende...


Eso sí, hay un factor que no debemos olvidar: un "blogger" solo existe mientras tiene lectores. El marcador de visitas es muy importante, sobre todo porque te permite hacerte una idea del número de personas que han leído al menos una de tus creaciones (yo prefiero llamarlos monstruitos), y ver cómo aumenta lentamente es algo que te da ánimos. Me temo que todos tenemos la necesidad del reconocimiento de nuestra labor, y para eso damos la opción de añadir comentarios, opiniones... Ese "feedback" o retroalimentación es muy necesario, es lo que nos anima, lo mismo que el tener algunos seguidores... Un escritor siempre tiene los datos de las ventas de cada uno de sus libros (y los porcentajes sobre las mismas que le pagan las editoriales) para deducir si su producto funciona bien; el "blogger" se encuenta en una situación distinta, y a veces nos puede el desánimo... pues se trata de un trabajo muy solitario...


Dentro de poco cumpliré seis meses escribiendo, y ya veremos cuanto tiempo más duran mis blogs, aunque de momento, la cosa va bien... Supongo que mientras sigan apareciendo ideas nuevas, o versiones de ideas antiguas, y sobre todo, mientras siga disfrutando con lo que hago, asistiré a la nueva cita, más o menos cada día... Un cordial maullido de parte de nuestro gato guardían...