sábado, 30 de octubre de 2010

MI MUSA SE MARCHÓ...

Me abandonó mi musa, sabéis... Se marchó mi alma gemela, y no la he vuelto a ver... Dijo que se iba a visitar a unos parientes... y nunca volvió...

Sin ella, no puedo escribir hermosos versos, pues todos, absolutamente todos,  los más sentidos, los más desgarradores, me los inspiraba ella... siempre ella... o directamente, los pronunciaba, muy bajito, susurrándolos en mi oreja... Se marchó... y antes de irse... me dejó esta foto en el ordenador... como si me entregase su corazón...

Durante unos minutos, lo creí... Ahora, no... Era mi corazón el que se llevaba de viaje...Y me siento solo... y triste... y viejo...

Como siempre, el corazón dividido entre lo real y lo irreal... Salvo que ahora, la irrealidad me ha dejado huérfano... y lo real, en el fondo, me oprime...

Cuatro largos días sin saber de ella, me pesan más que cuarenta años... y me estoy quedando sin reservas de ilusión, de sonrisas, de sana picardía, y de pizcas de locura... Cuatro días enteros, sin saber nada de ella... y noto que me estoy muriendo... por dentro...

Cuando yo era más joven, siempre me lo decían... "Jamás te enamores de una musa, son unas criaturas esquivas y casquivanas, que te arrancan el corazón y doblegan el alma"... ¡Cuánta razón tenía el viejo poeta! Antes de conocerla, a Ella, mi vida era gris... bueno, dejémoslo entre "gris melancolía" y "gris frustracíón", con leves atisbos de "rojo pasión" y de "verde esperanza"... Y, de repente, cuando ella aparecía a mi lado, cuando uno de sus mensajes se infiltraba en el ordenador... Todo era distinto... Al margen del gris, había trazas de "rosa pasión" y de "azul felicidad", con lo que la misma vida, de repente, parecía más sencilla...

¿Y quién demonios me mandaba a mí... volver a inyectar algo de adrenalina, en mi cansado corazón? ¿Quién carajo me obligaba a tener de nuevo esperanza, a no sentirme solo, en medio de la multitud? Pero lo hice...volví a sentir... y cambiaron tantas cosas... Le escribí los más hermosos versos de amor de toda mi vida... y ya no confío en poder hacerlo igual de bien... Pensando en Ella, mis latidos volaban hasta el cielo, y jugaban con las nubes... Escuchándola, en aquellas pequeñas ocasiones en que me permitía aquél privilegio, todo, y me refiero a todo-todo, era mucho más sencillo...

Y sus fotos... sí, ya sé que las musas no se hacen fotos, entre otras cosas, porque no existen en este plano, pero... tengo fotos de ella... Por eso, sé cómo es, al menos, cómo se muestra a los poetas, los escritores, y otras gentes de mal vivir... Las he mirado tantas veces durante estos meses, que se han borrado incluso de la memoria del ordenador...

¿De qué sirven ahora tantos recuerdos imaginados, tantos besos robados, tantos sueños, tantas esperanzas... si me ha vuelto a dejar solo? ¿Qué sentido tiene haberla conocido, haberla amado... si me ha abandonado? ¿Cómo recuperar las palabras que nunca le dije en el viento de la noche?¿Quién puede devolverme la esperanza en el mañana, en que todo tiene un sentido... que todo cambiará?

La familiar garra de acero me aprieta el corazón... pero no me importa... porque solamente latía por ella... Porque, al haberla conocido, a mi esquiva y amada musa con el pelo negro color ala de cuervo... No poder tocar otra vez sus pálidas manos, para hacer que entre en calor... que las musas siempre tienen las manos y los pies fríos... No rozar nunca más, suavemente, su mejilla con el dorso de mi mano... No poder besar sus hermosos labios... Ni reflejarme, aunque fuera una sola vez, dentro de sus inmensos y profundos ojos negros...

¿Puede una musa romperte el corazón, hacer que toda tu vida, sin ella, deje de tener sentido?





 


Sí....

jueves, 28 de octubre de 2010

DETRÁS DE LA SOMBRA




Periodista, aprendiz de fotógrafo, aficionado al bricolaje, a la cocina, al cine y, sobre todo, a la literatura... y a las siestas con su gato Chiqui... Hoy se cumple un año de la primera entrada en el blog, y por eso, ha llegado el momento de conocer un poco más sobre el personaje que se esconde en la sombra...
BG: Me sigue llamando la atención el nombre del blog, "hombres de tinta", y la foto que has escogido como perfil... ¿Cómo surgió la idea?

HT: Supongo que en buena manera, fue el reflejo, el último recurso prácticamente, para hacerle frente a una situación anímica y sentimental muy peculiar... y muy dolorosa... Y cuando necesitas expresarte, utilizas el recurso con el que te sientes más cómodo, en este caso, la escritura...
BG: Concretando un poco más, el "nacimiento"... ¿se produjo de noche?¿de día?¿fue duro?
HT: Fue duro, Beatrice... muy duro... y se produjo de madrugada, y entre lágrimas...
BG: Según tu mujer, en los 15 años que lleváis juntos, nunca te había visto escribir... Y, sin embargo, ahora tienes varios centenares de artículos, historias, relatos y poemas, repartidos entre 7 blogs... ¿No te parece un cambio muy brusco?
HT: En cierto modo, se trata de una evolución natural, pasar de lector a escritor... Antes, sobre todo escribía cartas, algunos cuentos, el año de mayor producción fue 1997, cuando participé en el proyecto de un fanzine... También es cierto que dejé de escribir en el año 2000, poco después de morir mi abuelo, lo que no quiere decir que durante aquél periodo no tuviera ideas sobre relatos, cuentos, sueños... Quizás me hacía falta otro batacazo emocional, pare sentir de nuevo aquella necesidad...
BG: Cuando te refieres a un batacazo emocional... ¿es por la crisis de los 40?
HT: Entre otras cosas, sí... Aunque en la vida no hay crisis, sino oportunidades, como diría mi amigo Josué... Y de alguna manera, estoy tratando de aprovecharlas...
BG: Ya hemos comentado que te gusta lanzar blogs temáticos... ¿guardas alguno en la chistera?
HT: Más de uno... pero de momento, quiero centrarme en el de ciencia ficción..
.
BG: ¿Tienes otros proyectos?
HT: Siempre... de lo contrario, no sería un buen Géminis... Acabo de publicar en Bubok un librito de poemas, "Un leve rastro de versos"... y una recopilación de historias de amor, "Historias a media voz. Memorias amorosas de una década en la radio", que ambiento en una emisora ficticia...
BG: ¿Trabajas para vivir, o vives para trabajar?
HT: No estoy del todo seguro... Como todo el mundo, trabajo para vivir, pero me cuesta mucho desconectar... Y de alguna manera, estoy convirtiendo la escritura en mi profesión, aunque no me dé de comer...
BG: Por el volumen de tu producción, supongo que le dedicarás muchas horas al día... para definir personajes, ambientes... ¿No te haces un lío de vez en cuando?
HT: Generalmente no... aunque para las historias largas, aquellas que voy a publicar en varias entregas, siempre procuro establecer un guión previo, con los personajes, su evolución, sus objetivos, la trama...
BG: Escribir para vivir... ¿Consideras que es un veneno?
HT: Es un veneno, una enfermedad, una pasión, una necesidad.... Que requiere mucho más tiempo del que le dedico actualmente...
BG: ¿Tienes algún otro proyecto a corto plazo?
HT: Recientemente, me he presentado a un certamen de novela, organizado por el Círculo de Lectores; y ahora mismo, estoy trabajando con una novela de ciencia ficción, que me gustaría terminar antes de Navidad...
BG: Muchas gracias por haberme concedido esta entrevista... y espero que tus proyectos se vayan materializando con el tiempo...
HT: Igualmente, Beatrice... y mucha suerte con tu nuevo blog... Cordiales maullidos desde Madrid...
Y de esa manera terminó la entrevista, con una última mirada a la pantalla del ordenador, las estanterías rebosantes de libros, la ventana del jardín y el poster de Nueva York, con la imposible vista en blanco y negro, y las luminosas siluetas de las Torres Gemelas...

PRIMER ANIVERSARIO

Hoy se cumple el primer aniversaio de "hombresdetinta"... Lo que empezó siendo un pequeño blog, para dar salida a una importante cantidad de tristeza, se ha convertido en algo distinto... Siete blogs, muchos de ellos temáticos, entre "blogspot" y otras plataformas... varios centenares de historias, entre artículos, poemas, relatos de terror, de ciencia ficción, cuentos... Muchas horas de trabajo , de investigaciones, y sobre, todo, de sentimientos... 

Pero escribirlos, aunque tenga su interés, no es nada, si tú, querido lector constante, no estás allí, al otro lado de la pantalla, para compartirlos.. Y espero que seguirás allí, compartiendo sueños, ilusiones, y sentimientos...

Así empezaba todo.... Con un simple poema...



Seguramente alguna vez...
habrás vivido uno de esos días,
en los que las palabras no expresan bien
demasiados sentimientos, demasiadas emociones...
y te atragantas con ellas, se convierten
en una bola, que no te deja hacer nada:
tragar, respirar, pensar, expresar, llorar...


Y es entonces, cuando buscas una alternativa,
para que puedas expresarte, para protestar
contra la injusticia, para maldecir la soledad,
cuando se produce el cambio...

Porque entonces, en lo más hondo de tí,
descubres que anida un hombre de tinta,
que tus sentimientos solamente pueden
encontrar su camino con la tinta, pues
ella es la sangre que los alimenta...

Y caprichosos, los sentimientos largo tiempo reprimidos,
las emociones inexpresadas, algunas por inconvenientes,
otras exterminadas en tu corazón, se escapan
de tus poros, fluyen de tus manos, y crean,
sobre el teclado, caprichosas formas,
precarios versos, fantasmagorías e ilusiones,
que poco a poco, van dando forma a un texto...

Y tu mente fluye, creando un mensaje...
Y la tensión se desvanece, lentamente...

Y te vuelves un hombre de tinta...
Y te das cuenta, de que nunca, antes,
te has sentido más libre...

martes, 26 de octubre de 2010

SINFONIA DE OTOÑO

Otoño en el Parque del Retiro... un manto de hojas muertas, con los colores del fuego, de la vida, tapizan el suelo...  leves fragancias a pasados lejanos se desprenden a mi paso, y redescubro aquellos aromas, aquellos recuerdos, olvidados... Pero que siguen vivos dentro de mí, en algún lugar, perdido, que no han sido mancillados por el paso de tiempo y espacio, ni por la propia vida, esa zorra esquiva que masacra la memoria...


Carreras frenéticas por La Chopera, pilotando aquellos triciclos, inmensos, de hierro, con sillín de cuero y cuernos propios de un Mihura, que se alquilaban por horas, y que mi hermana y yo convertíamos en cuádrigas, emulando a toda velocidad la escena culminante de "Ben Hur"... bajo la atenta mirada de nuestro abuelo... Creo que de alguna manera, fueron los precursores de los dichosos "quads"...


El olor de las piras de hojas, que los jardineros apilaban con cuidado en medio de las encrucijadas del parque, antes de prenderles fuego, con un poco de gasolina de mechero y una cerilla, mientras se quedaban observando, complacidos, cómo su trabajo se elevaba hasta el cielo en tenues y grisáceas volutas... En aquellos tiempos, no existían barredoras ni sopladoras, el trabajo se realizaba a mano... eran otros tiempos, insisto... que ahora recuerdo como mejores...


La sorpresa de los niños al encontrar, en medio de un montón de hojas, que siempre parece gigantesco, alguna lombriz, alguna rana que no ha llegado a hibernar, criaturas de la floresta madrileña, incluyendo ratas de agua y algunos topos...


La alegría salvaje de amontonar al pié de un tobogan un enorme montón de hojas, y luego dejarte caer, con los ojos bien abiertos y el corazón en un puño, para perderte durante unos someros instantes dentro de un universo crujiente y colorido, como si hubieras escapado del mundo, y de todos los problemas que, mientras eres niño, parecen tan importantes... y cuando envejeces, en ocasiones se han convertido en pequeños recuerdos agridulces...


Pues supongo que a los barrenderos no les haría demasiada ilusión cada vez que desparramábamos su trabajo haciendo el bestia... Y que para todas aquellas personas que vagaban por las calles sin rumbo fijo, se sentaban en los bancos a mirar el tiempo... con un aparente denominador común: la edad... Y tú, como niño que disfruta jugando, casi no existen... Y cuando creces, y eres un adolescente, vas demasiado pendiente de tu propio cuerpo en ebullición, del calor que desprende la persona amada, del tacto de su mano... O de algo, tan sencillo, como el brazo de un amigo sobre los hombros...


El momento en el que se desprende la última hoja, que afortunadamente no es aquella de la que hablaba O´Henry, uno de tantos narradores americanos que parecen haber caído en el olvido durante los últimos años (os dejo el enlace: http://216.120.251.219/textos/cuentos/ing/henry/ultimaho.htm)... en aquél momento en que los árboles elevan al cielo sus brazos descarnados... notas que algo está cambiando...


Ha llegado el verano... y se ha ido, de puntillas... Ha llegado el Otoño, para quedarse, para envolvernos en sus colores, sus sabores, sus olores... Por cierto, es la mejor época para disfrutar del Hayedo de Montejo, con las excursiones que organizan en casi todas partes... O de los bosques frondosos... Para sentirte profundamente vivo...


Es el contraste, entre la vida que llevas dentro, y la suave fragancia de la muerte, del humus, de la tierra negra y esponjosa, por la que se desliza en silencio la vida... Este año, asisto a los primeros colores del otoño desde primera fila, en el jardín de la comunidad... Los árboles y matorrales ya están preparando sus mejores galas... Y muy cerca, otros dos parques ofrecen la sinfonía de colores, olores, y sonidos: el Parque del Capricho, y el Juan Carlos Iº...


Pero este año, tengo una cita ineludible, cualquier mañana de sábado, en el Parque del Retiro... Con un libro en las manos... y un cucurucho de castañas calentitas... Aunque este año, no seré yo quien desparrame los montones de hojas... ni mucho menos quien baje por el tobogán... Aquellos recuerdos, son algunos de los que conservo con más cariño, en algún lugar del corazón...


Creo que yo seré más bien una de aquellas personas que disfrutan del sol, mientras ven pasar la vida, y siguen con la mirada a los adolescentes que caminan cogidos de la mano... a los niños que juegan entre las hojas... y, sobre todo, a las parejas que pasean por los senderos, empujando un carrito de bebé... Sinfonía, nostálgica, de otoño...






lunes, 25 de octubre de 2010

LA SOLEDAD DEL BLOGGER...

No es cierto que haya desaparecido el miedo al folio en blanco, por el uso de las nuevas tecnologías... Es algo que se mantiene, y que sigue siendo muy vigente, incluso en los años de oro de internet... Ya no hace falta ser un genio de la informática, para crear un texto en "pascal" o en "cobol", sistemas que ahora nos parecen del pleistoceno como poco... Y realmente, ni siquiera hace falta saber escribir... que para eso están los programas de edición de textos, y los correctores automáticos...

Con el uso de las redes sociales, y de algunos inventos como "twiter", "windos live" y este humilde "blogspot", cualquiera puede escribir... Otra cosa es que sepa hacerlo... Igualmente importante es que tenga estilo...

A veces, tengo la impresión de que escribo para acunar a mi gato, puesto que le encanta el sonido de las teclas en el despacho desierto, casi todas las tardes del año ( el texto lo encontraréis siguiendo  este enlace http://hombresdetintaversosdispersos.blogspot.com/2010/10/mientras-yo-escribo.html)... Y otras, considero que es una excelente manera de transmitir sentimientos muy variados, que de otra forma terminarían ahogándome... Sigo pensando que tiene algo de exorcismo, de ritual iniciático, o quien sabe qué otra finalidad...

Quizás, en el fondo, nada de todo esto tenga importancia... Puesto que escribo para darle salida a tempestades que azotan mis mundos de tinta... Que de otra manera, rebosarían en mis sueños... y se convertirían en pesadillas...

Todavía no me he planteado dejar de escribir, al menos, no en serio... Pero muchos días, noto que me puede el desánimo, al no ver una triste marca en las entradas... Ni siquiera una crucecita en "me gusta"... o en "no me gusta"... alguna huella tangible de que alguien se ha paseado por mis historias... Si no fuera por la tropa de "irreductibles galos" que me siguen en facebook, y me azuzan con sus comentarios... o por aquellas personas que me animan desde otros "blogs" que sigo... sería mucho más duro...

Escribir no es ni fácil ni difícil, lo complicado es hacerlo de tal manera que resulte interesante para los lectores, que no suene a "alimento pre-digerido", a "cosa caducada"... Y la única forma de hacerlo que conozco, es poniendo mucho de mí mismo en cada entrada... Puesto que, en el fondo, con cada historia, sigo haciendo frente al mayor enemigo: la soledad del blogger...

jueves, 21 de octubre de 2010

ENCRUCIJADAS TEMPORALES

A veces, el tiempo se te echa encima, y te derrota... Una mañana cualquiera, mientras estás buscando información para uno de los "posts" que te permiten llegar a los mundos de tinta, incluso una foto, recuerdas un viejo nombre, de aquellas personas que se te quedan grabadas desde la facultad de ciencias de la información... Y, curiosamente, lo encuentras...


Cuando miras su currículum... bueno, sientes una sana, pero tremenda envidia... al comprobar que él sí lo ha conseguido, ha sabido aprovechar las encrucijadas de la vida y, trabajando duro, como siempre desde que le conoces, se ha trazado un camino... Director de cine, colaborador en programas de radio, dos carreras, profesor universitario, colaborador en multitud de espacios... No ha cambiado un ápice en todos estos años, las mismas ojeras, la misma cara de sueño, incluso el mismo peinado/despeinado, tan característico...


Y, de repente, me siento cansado, muy cansado... y viejo... demasiado viejo para soñar... Por encima de todo, tengo la impresión de haber desperdiciado todos aquellos años, desde la última vez que nos vimos... Que mientras él ha sido capaz de luchar fuerte, por labrarse un destino que al menos está relacionado con lo que yo recuerdo como sus pasiones (la escritura, el cine...), yo no hago otra cosa que dar vueltas sin sentido...

Y me da por recordar antiguos caminos, viejas encrucijadas temporales, conjunciones de lugares, personas y hechos.. y oportunidades desperdiciadas... Lo sé, por supuesto, que los futuribles no sirven de nada, ni mucho menos el tratar de imaginar, desde el presente, cómo podrían haber sido todas las cosas... A toro pasado (pero se entiende que corriendo tranquilo por la dehesa, y no en los mataderos), es muy fácil darse cuenta de los errores cometidos... y seguir adelante, arrastrando tus historias, y tus pequeñas miserias cotidianas...

Para seguir adelante... y ponerle buena cara al mal tiempo... refugiándote en los mundos de tinta, que en muchos sentidos, te dan la vida... y en los pequeños momentos de la vida, que consiguen arrancarte una sonrisa... en las voces y presencias que te acompañan en el camino... Lo sé, es una historia triste la de hoy, que de todas formas no tiene demasiado sentido seguir contando... Porque mañana será otro día, o pasado mañana, y nacerá otro cuento, otra historia, otro poema, otro "monstruito" de mi alter ego...

Pero hoy, realmente, no puedo seguir escribiendo...


Yo también defiendo al profesor

MIÉRCOLES 20 DE OCTUBRE DE 2010 A LAS 12:33 HORAS - ARTICULO PUBLICADO EN EL DIGITAL DE MADRID.

http://www.eldigitaldemadrid.es/articulo_c/general/1580/yo-tambien-defiendo-al-profesor

Opinión > Política


'Causa Abierta' cede hoy la palabra de nuevo, como firma invitada, al periodista Fernando Codina, un joven y a la vez viejo docente que diserta sobre el papel del profesor para llegar a algo más: el sentido final de la educación, la madurez de la sociedad, el papel de los padres y, cómo no, la actitud de los alumnos. Adelante, pues, con un artículo que invita a la reflexión y a la participación. Paula Ballesteros.

Yo también defiendo al profesor

Por Fernando Codina

Hace algunos días, me enviaron un enlace hacia una campaña de firmas, en defensa del profesor. Y, al margen de lo acertada que me parezca la iniciativa, o de las “figuras” del mundo del deporte, empresarial, sindicatos y muchos particulares, incluyendo a profesores y directores de instituto, lo que más me preocupa es, precisamente, el que haya sido necesario ponerla en marcha. Que este grupo de personas consideren que un profesor tiene que ser defendido.

Se puede dividir en cuatro bloques, cada uno con su finalidad. La primera parte es una letanía de titulares de prensa, o de fragmentos de informativos de distintas cadenas de televisión, para abordar el problema. La segunda se centra en diversas micro-entrevistas con periodistas, portavoces de un sindicato de profesores, docentes, directores de un centro. La tercera, tal vez un poco larga, es otra letanía, donde padres, alumnos, profesores, deportistas, repiten machaconamente el mismo mensaje: “Yo también defiendo al profesor”. Y la cuarta, aunque fuera del vídeo, es la invitación a firmar, indicando de esta manera tu apoyo hacia el docente.

En general, y más allá de ciertas afirmaciones, que como poco me parecen repetitivas, está bien... pero hay clamorosas ausencias, como sería la de un jurista que mencionase la normativa vigente; un representante de las fuerzas del orden público; incluso un psicólogo o psiquiatra que hablase del “mobbing” o el testimonio de un profesor. De todas formas, la impresión general es que las cosas han cambiado mucho, y a peor, en estos últimos años.

En el fondo, creo que se trata de una cuestión de respeto y de reconocimiento. Respeto hacia los profesores, sobre todo los de Educación Secundaria Obligatoria, puesto que el cambio, la “monstruización” (y perdón por la palabreja) de los alumnos parece producirse con la llegada al instituto (o I.E.S.). Y de reconocimiento de la labor, importantísima, que se realiza a diario. El mero hecho de que se plantee la necesidad de estas dos “erres” me hace pensar que las cosas han cambiado mucho, y por supuesto, a peor.

“In illo tempore”, “en aquellos tiempos…” como diría mi profesora de latín, cuando yo mismo iba al instituto, siempre teníamos presentes aquellas dos “erres” en nuestro trato con los profesores, ni se nos ocurría pensar en levantar la cabeza cuando estábamos leyendo un texto en clase de Literatura, o hablar, ni siquiera en voz baja, si se nos había llamado la atención.

Nuestra función era aprender, y por eso íbamos a clase, y al menos algunos de los conocimientos que nos proporcionaban nos ayudaría a tener un futuro mejor. Cuando tienes doce o catorce años, muchas veces te interesa más el mundo exterior, o las piernas o el escote de tu compañera de pupitre, que una larga disertación sobre la batalla de las Termópilas.

Entonces, te limitas a poner cara de interés, mientras que estás pensando en tus cosas. Pero de ninguna manera te dedicas a interrumpir la clase. Es cierto, los primeros días del nuevo curso, el ambiente era algo peculiar, tanteabas a los docentes, para conocerles un poco, el tipo de exámenes, las maneras de evaluación complementarias.

Los profesores, por su parte, tenían muy claro que bastaba con una simple mirada, como la del señor Roda, para obtener el silencio. Y que no era necesario alzar la voz. Ni tampoco resultaba peligroso darse la vuelta para escribir en la pizarra. En los pasillos, los alumnos nos separábamos para dejarles pasar. Y la sala de profesores era una especie de remanso de paz, a la vez que purgatorio, al que nunca queríamos entrar.

Y sobre el reconocimiento… quizás el más evidente sea el que, veintidós años después de abandonar las aulas (como estudiante), todavía te acuerdes de sus nombres, de aquellos profesores, hombres y mujeres, que te enseñaron tantas cosas: Mme. Flambard, Mme. Pauthal, Mme. Diaz, Mr. Roda, Mme. Thauvain.

En aquellos tiempos, insisto, no tan lejanos, yo nací en 1970, la impresión en el colegio y en el instituto era la de estar trabajando juntos, alumnos y profesores, por lo que, de todas formas, nos incumbía sobre todo a los estudiantes: formarnos para nuestro futuro. Sin embargo, había más elementos implicados en esta formación: la familia, los amigos, y, de alguna manera, la sociedad.

En el año 2000, regresé a las aulas, mas esta vez, como profesor interino de francés. Y durante cuatro años, he “disfrutado” en diversos institutos de las “delicias de la enseñanza”. En el video, hablan de algunos de los problemas que tienen que afrontar los profesores en la actualidad. Bien, pues os puedo asegurar que, en demasiados aspectos, se quedan cortos. Hablan del profesor “quemado”, y este caso lo conozco muy bien, puesto que es el mío.

El mayor problema que tiene que afrontar un profesor recién llegado al centro, es el de ubicarse: nadie te prepara, ni te da información sobre la localización de tu aula, el tipo de alumnos que hay en ella, el número, si tienes repetidores. En el mismo departamento, dependes muchísimo del jefe de departamento, de los propios compañeros. Y siempre llevas la etiqueta de “temporal”, porque todos saben que eres “el interino”, y que en cualquier momento, te puedes ir a la calle, de no ser una de las cotizadísimas vacantes de curso entero.

Los alumnos están, por supuesto, a la expectativa, y el desarrollo de tu trabajo estará condicionado por las primeras horas de clase: consejo para los interinos: pisa fuerte, créate fama de profesor duro, y gánate el respeto, que para suavizarte, siempre hay tiempo.

Al principio de este artículo, hablaba de la “monstruización”, ¿recordáis? Tiene que ver con la integración de los alumnos, recién llegados del colegio, en el instituto (o IES): en 1º de la ESO, vienen con los ojos abiertos, el corazón a veces en un puño, y la impresión de ser los más pequeños del centro, cuando antes eran los más grandes, pero dar clase con ellos, en general, es una experiencia gratificante.

En 2º, el ambiente se vuelve un poco más confuso, la dichosa adolescencia entra en acción, y empieza a haber más hormonas que interés por el estudio. En 3º, bueno, es necesario atarlos muy corto, para que no se desmanden, y al menos unos pocos estudien. En 4º, puede ser el cielo o el infierno, en función de tu aguante, tu tolerancia, o tu eficacia en imponer algo de disciplina.

Abandoné la enseñanza, y conocí algunos de sus aspectos más oscuros, “gracias” a un grupo de 4º-A y 4º-B de la ESO, y en buena parte fue también responsabilidad de la dirección del centro, al juntar a 40 alumnos, un altísimo porcentaje repetidores, para aprender una asignatura que no les interesaba lo más mínimo.

Ahora bien, ¿cuáles son las dolencias del sistema educativo español? Son muchas, seguro que tú encuentras algunas más, pero yo me quedo con unas cuantas.

1º) El mismo sistema de las oposiciones: tienes que memorizar toneladas métricas de datos que no utilizarás en la vida, normativas, teorías, que a la hora de la verdad, no te sirven para nada. Eso por no hablar de los sistemas de baremación, los puntos extra. Y del propio examen, completamente decimonónico, y la asignación de plazas.

2º) No todos valen para enseñar: la docencia no debería ser una alternativa laboral para cualquiera, si no hay interés por desarrollar una carrera en este ámbito, si no hay vocación y conocimiento previo, es mejor opositar a otra cosa.

3º) Los profesores: es imperioso lograr una mayor implicación de los profesores con la sociedad, con los alumnos, hacer que se sientan más apoyados, que no tengan “miedo”… Pero ellos solos no pueden cargar con todo el peso.

4º) Los alumnos: hay una falta de respeto muy elevada, un menosprecio hacia los docentes, que en buena medida deriva de la “utilidad” de la materia. Si enseñas matemáticas o inglés, tienes mucho ganado. Pero si te especializas en educación plástica o en francés, que Dios te coja confesado.


5º) Los padres: tienen buena parte de la culpa de lo que sucede actualmente con el sistema educativo, con el respeto a los profesores… “Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo”, como dice el juez de menores de Granada, Emilio Calatayud en su " Decálogo para formar un delincuente".


6º) La sociedad: a nadie le importa cómo se sienta un profesor, o si un alumno aprende o pierde el tiempo. De lo que se trata de tener a los jóvenes el mayor tiempo posible en las aulas, sean las que sean, para retrasar de esa manera su incorporación a las listas del paro. A la vez se va creando un trabajo cada vez más paupérrimo, de ínfima calidad y nula expectativa de superación o de mejora.

Y es necesario que todos estos actores se tomen las cosas en serio, que desde el Gobierno y las Instituciones de todo tipo, se pongan de acuerdo, y cambien las cosas. Aunque para ser un país de teleoperadores y comerciales, de bailaoras y camareros, tampoco hace falta mucha formación ni cultura, ¿verdad?

Si la tendencia no se modifica, dentro de poco, igual en 10 o 15 años, el ser “profesor” igual se convierte en una profesión de riesgo, y tienen que acudir a sus clases protegidos por vigilantes de seguridad (armados, por supuesto) o por escoltas, e impartir las lecciones desde una pecera de cristal blindado, procurando en todo caso no despertar a los “queridos alumnos” con el ruidito de la tiza… ¿Crees que exagero? Bueno, el tiempo dirá...

jueves, 14 de octubre de 2010

DECALOGO PARA FORMAR UN DELINCUENTE

(Este "Decálogo", que posiblemente tendría que convertirse en lectura obligatoria para demasiados padres, lo encontré en el blog de Gloria, "Pasa la vida"(http://volandomariposas.blogspot.com) , y me apetece compartirlo con vosotros...) (y de paso, recomendaros su blog: es EXCELENTE)

El popular juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, conocido por sus sentencias educativas y orientadoras, ha publicado un libro "Reflexiones de un juez de menores" en el que incluye un " Decálogo para formar un delincuente".

Me han parecido muy interesantes sus reflexiones y por eso quiero compartirlas con todos los que leen mi blog. Seguro que pueden ayudar a alguna persona estos buenos consejos.

1. Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2. No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

3. Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.

4. No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5 . Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.

7. Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.

8. Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.