miércoles, 21 de julio de 2010

AQUELLA EXTRAÑA MAGIA



Acurrucarme a tu lado, y sentir que, en el fondo, nada más tiene importancia... Es uno de los pequeños momentos mágicos que vivimos de vez en cuando, si ni el trabajo ni otras "tonterías" nos quitan el tiempo necesario para que busques mi cuerpo en el sueño... Creo que podría acostumbrarme a esto, ¿sabes?

En vez de despertarme todos los días al filo de las seis de la mañana, y de un salto apagar los dos despertadores, mientras tú sigues durmiendo, y quien sabe si buscándome entre los sueños... En varias ocasiones, antes de levantarme, he colocado entre tus brazos mi almohada, y te has aferrado a ella, con fuerza, tal vez porque en ella encuentras mi olor...

Me gusta verte dormir, peque: de alguna extraña manera, pareces más hermosa, y más "tú" al mismo tiempo, como si en el sueño aflorase tu auténtico ser, aquella realidad que late entre dos mundos... Durante aquellos breves instantes, todo parece más sencillo; la vida, el trabajo, la convivencia, las concesiones, pierden importancia; y lo único que queda es aquél mágico "nosotros"...

Y entonces surge la gran pregunta... Si tan maravillosos son aquellos despertares con tus manos en mi cintura, y sintiendo tu suave respiración en la nuca... Si tan importantes son para mí aquellos momentos, cuando te miro, y recuerdo todo aquello por lo que hemos pasado juntos, cosas buenas y malas...

¿Por qué luego nos cuesta tanto recuperar aquella extraña magia, durante el resto del día?

¿Por qué saben distintos nuestros besos, cuando estamos despiertos?

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