Vivo entre tus sueños, y cada noche, te visito, y te busco en el limbo... A través del azogue del espejo, voy reptando, cuando duermes, primero sobre cerámica y gres, luego cálida madera, alfombras...
Y al final, llego a los pies de tu cama, con baldaquino de madera de boj, y subo por las columnas torneadas, para verte desde arriba, espléndida...
Yaces sobre las sábanas de raso azúl,
tu bello, espigado y flexible cuerpo, siempre deseado, siempre desnudo, pues no soportas pijama ni camisón... Hoy, te ofreces por completo ante mí, con escasos retazos de tela en tu ingle, pero tus frescos pechos al descubierto... Cuando me he cansado de mirarte, desciendo, y me arrastro por la cama, y mi lengua sensible te saborea por completo, y finalmente, me hago un buruño en tu regazo... Y allí me dormiré esta noche, sintiendo el calor, los latidos de tu corazón, y tal vez un furtivo jadeo...
Mañana te despertarás de nuevo con la impresión de haber tenido un extraño sueño, de haber notado una presencia observándote en mitad de la noche, incluso el roce de un reptil en tu cama, entre tus sábanas... Pero dirás lo mismo de siempre, que es un sueño, una pesadilla... Que se repetirá, te lo aseguro, dentro de un par de días, como muy tarde la próxima luna llena...
Quien sabe... tal vez incluso vengas a contarme lo que te ha pasado, lo que te está pasando últimamente, las extrañas sensaciones en mitad del sueño, los sofocos, incluso los momentos en los que te excitas tantísimo (una lengua bífida puede ser extremadamente útil en ciertas ocasiones, para dar placer a una mujer hermosa...), sin motivo aparente...
Y entonces yo, tu mejor amigo, el más fiel, el más comprensivo, aquél que te hace sentirte protegida, en cuyos brazos siempre alcanzas consuelo, porque incluso parece que le da "corte" estrecharte un poco más fuerte de lo habitual... estaré allí para consolarte...
Aunque en pocos días, repito, volveré a pasar la noche contigo...
Nunca pensé que durante un viaje astral fuera posible disfurtar tanto del sexo... Ni que se pudiera cambiar de cuerpo... Y como serpiente, con todos los miles de terminaciones nerviosas, puedo sentirte hasta extremos que un hombre jamás podrá hacerlo... Aunque en ese campo, también quiero hacer cambios: ya me he hartado de no disfrutar del sexo contigo... y de que no me veas como hombre, sino como amigo...
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