lunes, 1 de marzo de 2010

TE PROPONGO UN JUEGO...


Seguro que alguna vez has escuchado la manida frase, esa que tanto en teoría debe gustarle a los fotógrafos, y que al mismo tiempo causa cierta irascibilidad en los francotiradores de las palabras como yo: “Una Imagen vale más que mil palabras…” Además, escrito así, Imagen con mayúsculas… Como para menospreciar a la humilde letra impresa, que aparece negro sobre blanco en el monitor del ordenador, mientras vas creando una historia… De las imágenes más extrañas que dormían en el almacén de la memoria, te propongo la que estás viendo, justo a la derecha del texto…



Es una imagen poderosa, ¿verdad? Al menos, puede generar en quien la contempla una cierta inquietud, y cuanto más la miras, más preguntas pueden surgir… ¿Cuánto tiempo lleva en esa bañera? ¿Por qué tiene puestas tantas velas alrededor? ¿A quién está esperando, si es que realmente pretende que alguien venga? ¿Por qué lleva las medias caladas, cuando es muy posible que no lleve nada más de ropa? ¿Si se echase hacia atrás el tiempo de un parpadeo, qué es lo que verías? ¿Y si se pusiera de pie? ¿Su ropa interior sería negra, eso seguro, pero… de qué tipo? ¿Sujetador sin relleno, o el famoso “push-up”? Mil preguntas, que te puedes ir planteando… ¿Es acaso un homenaje a alguien sobre quien has leído alguna vez? ¿O forma parte de mis recuerdos, o de nuestro inconsciente colectivo?


Lo más curioso es darse cuenta de una cosa: que venga de donde venga, o se dirija hacia el lugar más extraño o secreto, esta chica, solitaria, con cara de triste, no deja de devolverte la mirada, incluso a pesar de sus ojos esquivos… Y también hay otra cosa: ¿por qué transmite tanta tristeza? Algunas imágenes te acompañan, te invitan a seguir un cierto camino, a crear tu propia historia, que no tiene porqué ser, obligatoriamente, un “antes” y un “después” de ese momento que estás viendo, fijado en el tiempo…


En eso, justamente, consiste el juego: en acompañar, durante mil palabras (ahora mismo sólo llevamos 342), un personaje, una idea, un concepto, y sabiendo que, igual que en cualquier editorial de un periódico, tienes justamente ese espacio a tu disposición, y lo que es más importante: que tienes que usarlo de manera sensata, para comunicar algo, y que al final, tenga un sentido, para que nadie se sienta decepcionado, al haberte confiado aquellos minutos, preciosos, escasos que ha requerido su lectura… Ahora,, todo se hace con el ordenador, pero en aquellos tiempos, lo más importante era revisar la paginación de los editoriales, para estudiar el corte en la sala de reprografía… Y pelear por cada línea extra…


Pero sigamos con el juego, comencemos con el “quién”… Se llama Marjolein (Van Braam, por si quieres saberlo), es una chica de Ámsterdam, y tiene diecinueve años, aunque hoy se siente demasiado cansada, como si tuviera sobre los hombros el peso de medio mundo… “Cuando”, más o menos ahora mismo, ha comprobado que lleva unos meses viviendo en un piso de alquiler, compartiendo cama (da igual que sea con chicas o con chicos), de lo que se trata es de asegurarse un techo para esa noche, y para mañana, con un poco de suerte…“Cómo”, esa es la pregunta que por encima de todo la agobia: cómo ha terminado en ese piso cutre, con un pobre chorrito de agua caliente, sin más luz que las velas para iluminar un baño que, de todas formas, prefiere no ver… “Dónde”, bueno… en Madrid, o en Barcelona, en Salamanca, en Santiago de Compostela, en cualquier ciudad donde pueda encontrar estudiantes, con piso alquilado, donde le permitan vivir unas noches, comer algo decente aunque tenga que cocinarlo ella misma… Y llegamos a la clave: “por qué”… en el fondo, esa es la clave de todo… Pero yo apostaría por una historia de amores rotos, traicionados, con un “Viaje al extremo de la noche” a lo Céline, desde una realidad que no le dice nada, que no le aporta nada, en su ciudad natal, quizás desde mucho tiempo antes de haber comenzado a planear su viaje…



Siempre por carretera, dependiendo en buena parte de la caridad, de las personas que han querido ayudarla, trabajando casi en cualquier cosa para sobrevivir, por ejemplo, recogiendo tomates en los invernaderos de Holanda, en algo parecido en Bélgica, pero siempre en movimiento, siempre hacia otro lugar, repartiendo publicidad en París, ayudando a pegar las etiquetas de vino en Burdeos… Durante todos los meses de su viaje, solo ha sido feliz en un sitio: en París, compartiendo buhardilla y sofá-cama con Géraldine, una preciosa azafata de Air France, que le ayudó a reubicar sus prejuicios sobre el sexo lésbico… cuando cierra los ojos, incluso ahora se estremece por el tacto de los pétalos de rosa sobre su espalda… Pero Marjolein se fue de nuevo, buscando posiblemente el mar…


Muchos dirán que se trata de un acto de rebeldía, pero si alguien se lo preguntase, sería una respuesta tan antigua como el mundo: por ser libre, por llegar a aquella remota isla, con la que lleva tanto tiempo soñando, y de la que solamente conserva una vieja postal, tan antigua y descolorida que casi cuesta leerla, aunque ella recuerda sus palabras de memoria… ¿Un antiguo amante? ¿Un padre? ¿Un familiar? ¿Un amigo? ¿Por qué se ha puesto en marcha, de repente? Tantas preguntas… a las que prefiero no dar respuesta… para que tú encuentres la que más te guste…



Pero si te acercas un poco más a la bañera, comprobarás que el final puede ser muy distinto, puer Marjolein ya no tiene ni futuro... Media botella de Cardhu, y una veintena de barbitúricos se encargarán de materializar esta profecía... Si la vida no tiene ningún sentido para ella... tampoco lo tiene el valorarla... Cuando se sienta adormecer, se tumbará en la bañera, con su ropa interior negra, y allí la encontrarán... como una pálida muñeca de porcelana, olvidada por una niña cruel...

Han pasado 1000 palabras…


3 comentarios:

  1. Marjolein es una adolescente que está perdida y confundida, no sabe dónde ir y tampoco sabe dónde está su sitio. Experimenta mil y una sensaciones para ver si puede sentir algo realmente. Ha recibido tan poco amor en la vida que es incapaz de darlo. Ni siquiera come, porque así no tendrá que preocuparse por pagar la alimentación, un problema menos, pero el frío y la soledad de dormir al aire libre le da miedo, tiene agorafobia, le gustan los sitios pequeños y recónditos. Sabe que algún día, de todas las personas que va conociendo en su deambular, una de ellas la matará, pues eso es lo que quiere ella, morirse, pero no se atreve al suicidio, por eso busca la muerte en algún psicópata o alguna perturbada mental, para que la libere de este mundo e irse al más allá.Quizás en esta foto que vemos, Marjolein ya ha muerto, pero queda su espíritu en el sitio donde vió la luz de unas velas por última vez. Buen relato Fernando. Un abrazo amigo mío. (enviado por Rómulo)

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  2. estoy completamente de acuerdo con Rómulo es un relato genial q en realidad hay muchas chicas q sienten lo mismo, muy buen trabajo Fer.(Charo)

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  3. Pues yo sinceramente dejaría tu excelente relato en...para que tu encuentres la que más te guste...
    Porque al desvelar lo que vá hacer al levantarse de la bañera he sentido romperse la atmósfera de intriga que habías creado, es como una pequeñísima bofetada que te despierta del estado en el que estabas para despertar a una realidad fuera de lugar, no sé explicarlo mejor... el final me ha desencantado, sin menospreciar el resto que me ha parecido digno de tu línea de relatos.
    Un abrazo!

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