Desde el otro lado de la cama, te miro... Duermes... Pero yo me he pasado media noche despierto, ¿sabes?Pensando... Recordando... Analizando... Velándote... Intentando comprender, no solo el pasado, sino el "hoy", el "ahora"... Intentando desentrañar el significado, el verdadero, de muchas mentiras cotidianas, absurdas, de esas que nos ayudan a seguir adelante, a ilusionarnos, a creer no solamente en nosotros mismos, sino en los demás, en un mañana que será como poco igual de malo que el ayer...
Extiendo las manos a la luz de la luna, y veo pintado en ellas un reloj, de grandes números, ideal para miopes, que va marcando las horas a su manera, pues el minutero da saltitos caprichosos, que me llevan hacia atrás y hacia adelante en el tiempo... Es lo que tienen las noches de insomnio y pesadillas: te hacen enfrentarte, aunque sea por puro aburrimiento, a fragmentos de tí mismo que en condiciones normales evitarías a toda costa... Sobre todo, a tus ilusiones, y tus miedos... Lo mejor sería aplicar el cincuenta por ciento, conseguir mantener un precario equilibrio entre la razón y la emoción, el bien y el mal, o el palo y la zanahoria... Pero es algo que muy pocas veces consigo, quizás porque soy géminis, o por el cúmulo de miedos y frustraciones que anidan en mi interior, como víboras cornudas, siempre al acecho... Es bonito tener ilusiones, soñar con otras posibilidades, emocionarse con mil y un proyectos... y cumplir con el viejo aforismo: "En esta vida, muy pocos sueños se cumplen... la mayor parte de ellos se roncan..."
A veces, me siento demasiado viejo, demasiado cansado, y demasiado harto, incluso para poder soñar... o para sumergirme de nuevo en los mundos de tinta... Las ideas, las historias a medio hacer, se almacenan, como un cementerio de esperanzas rotas, en los pasajes más lóbregos del ciberespacio, y en los recovecos más inaccesibles de mi corazón y de mi cerebro... Pero no es tan sencillo, ¿sabes? A veces, las historias se agrupan a mi alrededor, como perros rabiosos, que quieren que les haga caso, se atropellan las unas a las otras, y tengo que gritar "BASTA" dentro de mi cabeza, para que recobren la calma...
Hoy será uno de esos días, en los que las buenas intenciones se amontonan, los buenos propósitos resurgen sin orden ni concierto, los argumentos olvidados se empeñan en salir del limbo, y de alguna manera, terminaré exorcizando a los más ansiosos, a los más persuasivos, por llegar al otro lado del monitor... Y hoy, también será uno de esos días, en los que me gustaría tener un poco más de tiempo, de libertad, para compartir contigo, que duermes a mi lado, tormentas y tempestades en los mundos de tinta...
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