Primero luz... y luego sombra... y vuelve la luz... y más sombras... Esa impresión de estar flotando casi, de ingravidez, inducida por el cansancio y la tremenda jaqueca... Ideas dispersas, rebotando por las paredes del cerebro... Recuerdos que se amontonan, y adquieren una forma precisa... Pensamientos inexpresados, una vez más... Y al mismo tiempo, confusos y fragmentados... El Ibuprofeno corre por mis venas desde primera hora, igual que ayer... tal vez por eso, surgen ideas un poco extrañas...
Esta mañana, cuando ni estaban puestas todas las calles, el cielo era una mezcla de grises, a cual más oscuro, he cogido el coche para ir al trabajo (que no me apasiona, pero me da de comer), y por el camino, he cruzado una extraña zona de pastos, pues la noche anterior sólo había edificios de un polígono industrial... Ya nada quedaba de aquellas moles de acero, hormigón, cartón plástico y madera... Y en él se encontraban un grupo de personas, tirando de una polea... Por eso, les hice una foto... Mas lo que yo no me podía esperar era que me propusieran unirme a ellos...
Eran la "brigada especial del cielo", y su función aquella mañana era colmar de nubes el aire, para que nadie se fiase demasiado del buen tiempo, pues este año toca llevar jersey hasta el mes de agosto, para disminuir el desgaste de las calles, y preservar mejor la capa de asfalto... "No hacemos otra cosa que cumplir con las nuevas medidas del Gobierno: si hace mal tiempo, la gente no sale de paseo, se desgastan menos las aceras, y lo mismo pasa con las suelas de los zapatos... Además, si hace frío, no se destapan tanto, las mujeres van más recatadas, y disminuyen los frenazos y los pequeños accidentes... Por eso, los talleres tienen menos trabajo, y generan menos vertidos, y emiten menos cantidades de pintura al aire... Como verás, todos nos beneficiamos de la estricta aplicación del reglamento..."
Por eso, me bajé del coche y, uniendo mis extrañamente potentes músculos a las otras personas, terminé de subir la pieza que faltaba para tapar el cielo... Y convertimos una hermosa jornada de verano en un frío día de invierno... Lo único malo es que esa misna mañana me quedé sin mi trabajo en el banco, pues la "brigada de la sonrisa", en aplicación del nuevo "reglamento de ambiente en instituciones" me dijo que no había superado la prueba... Afortunadamente, aquella misma tarde me llamaron de la "brigada que desmonta las calles", sí, los mismos que hicieron desaparecer el polígono, para ofrecerme un nuevo trabajo...
En mi primera noche, pensé que me había equivocado de oficina, pues me dieron siete cartulinas, una para cada manzana, con las señas al dorso, y mi trabajo consistía en dirigirme a cada una de ellas, superponer la cartulina con el tramo correspondiente, y luego soplar muy fuerte, para que una especie de manto mágico cubriera completamente el edificio... Así, en vez de un horrendo bloque de hormigón y lata, yo dejaba un campo, las vistas de un valle, o simplemente un espacio en blanco, para que después cumplieran su misión las demás Brigadas... Por supuesto, las moles seguían estando ahí, las personas se seguían incorporando a sus destinos, los ascensores seguían funcionando... aunque para entrar en cada edificio fuera necesario levantar una esquina del campo...
Y, desde entonces, camuflo edificios... creo parques y jardines... genero mil montañas... y realmente, disfruto intensamente con mi trabajo... No quitamos la fealdad, por supuesto... Pero ayudamos a la gente a mantener la ilusión...
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