Si pudiera olvidar, por un momento siquiera, hasta qué punto te has convertido en uno de los pilares fundamentales de mi existencia, y tal vez incluso de mi cordura, lo haría... y mi vida sería más sencilla...
Si consiguiera no emocionarme cada vez que recibo uno de tus mensajes, o permanecer impasible cuando tu foto, diminuta, me indica tu presencia, lo haría... y prestaría más atención al resto de la gente...
Si pudiera creer que no eres tú el origen de muchas de mis alegrías, mis risas, mis locuras, mis sueños, y ponerme la máscara de tipo frío y serio, lo haría...
Si fuera capaz de imaginar una vida distinta, más feliz, más fuerte, más auténtica, sería a tu lado, sin duda alguna...
Si pudiera estar a tu lado cada vez que me has necesitado, abrazarte fuertemente, hasta que desapareciera tu llanto, o hasta que yo también te acompañara...
Si tuviera el valor de decirte hasta qué punto me siento bien contigo, que me gustaría dejarlo todo, y buscar cualquier otro sitio, para estar juntos...
Pero luego comprendo que, incluso no faltándome el valor, me sobra el puto sentido común... y por eso, incluso sintiendo todo lo que siento por ti... Repliego velas, y me conformo con aquello que ya tenemos... una fuerte amistad... y un extraño sentido del amor, donde ambos sabemos que si las cosas fueran un pelín distintas, tal vez cambiasen algo nuestras vidas...
Y sin embargo... si pudiera olvidar tantas esperanzas, sueños, sentimientos, desvelos, tristezas, anhelos, alegrías, penas, cómo me siento cada vez que intercambiamos correos, o cuando hablamos por teléfono, o miro tus fotos... Si pudiera olvidarte... moriría por dentro...
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