Tu tristeza me desarma, rompe todas mis barreras, y pretende que afloren mis lágrimas...Mas consigo dominarme, pues no necesitas que llore contigo, sino que te abrace, te acompañe, te apoye, pero solamente en lo que pueda...
Me considero tu amigo, recuerdalo bien, soy muy bueno escuchando,y siempre trato de conseguir tu sonrisa... Esta mañana, ni siquiera lo intento,y en su lugar, te doy un buen trozo de rollo de cocina.
Siempre es doloroso que la muerte te pille en tierra extraña,en territorio hostil, y más aún el estar sola... Me hubiera gustado hacer más por tí, pero casi siempre que veo llorar a alguien,sea hombre o mujer, me paralizo...
Pues recuerdo perfectamente lo que se siente al perder
un abuelo, un padre, un ser querido, esa brutal impotencia ante la muerte,ese llanto por los difuntos, las interminables colaspara dar el pésame, y presentar sus respetos...
¿Solamente quienes hemos perdido a alguien conocemos la verdad?¿Es necesario enfrentarte directamente a la muerte,para admitir que lo que realmente necesitamos, es que nos dejen a solas, con nuestro dolor? Tantos pésames de personas a las que apenas conoces, el interminable desfile de los dolientes, aquél olor a muerte reconcentrada en el tanatorio, el pestazo de las flores marchitándose, la cera derretida de las velas...
El agobio de tantas voces, tantos cuerpos, tanta gente, algunos de ellos parece que van de excursión,con la cabra y los churumbeles, otros hablan por el móvil, no falta jamás el niño con la consola, y en medio de todo eso, te preguntas "¿Qué demonios estoy haciendo aquí?"
Parece que todo el mundo solamente se acuerda del muerto, de sus hazañas, sus vivencias, sus anécdotas... ¿Pero quién, de verdad, se acuerda y piensa en los vivos?¿Quién se acerca, con una taza de café humeante, y palabras de consuelo? Nadie, ni siquiera el sacerdote...
Me hubiera gustado poder estar con vosotras, llevaros el colacao, el café, el té o el chocolate,
acompañaros, quizás incluso arrancar una sonrisa, mas no ha sido posible, amiga mía, mas desde
la distancia, os envío todo mi cariño...Pero el mal tiempo pasará, amiga mía, volverá el brillo alegre a tus ojos,iluminarás el mundo con tu sonrisa,y las rosas florecerán a tu paso, y yo seré inmensamente feliz al verlo...
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