miércoles, 23 de diciembre de 2009

EL RENACER DA MUCHA HAMBRE...


Soñar es una pérdida de tiempo, al menos eso es lo que digo siempre, pero algunas veces, lo darías todo para que se cumpliese un sueño... Pero al mismo tiempo, debes tener cuidado con lo que sueñas, con lo que deseas. Porque a veces, si un sueño se realiza, se puede convertir en una pesadilla...
Y si no, que se lo digan a nuestro amigo Carlos... Es un amante de la naturaleza, un apasionado defensor de los animales pequeños y grandes, y no puede soportar que delante de él se maltrate a ningún ser vivo. De haber nacido en el Tíbet, posiblemente estaría refugiado en algún monasterio, aprendiendo los preceptos de aquella religión, y bebiendo litros y litros de té con manteca de yak. Pero no, él ha nacido en Valencia, y vive, realquilado, en una habitación de mala muerte, en un apestoso piso del barrio de Lavapiés... con otros seis estudiantes... Trabaja de teleoperador en un 906, y cobra un salario de mierda. No le gusta que maten animales ni insectos, y por eso, ayer se encaró con el exterminador, que estaba fumigando el sótano de la comunidad. Le llamó asesino, cobarde, y mil cosas por el estilo... Pero claro, él no podía imaginar que en ese patéitco hombrecillo se encontraba un poderoso hechicero Matoute... que usó su capacidad de devolver la vida a los muertos en el viejo y oscuro sótano de la casa... Sí, es muy bonito el defender el derecho a la vida de las ratas, chinches, pulgas, cucarachas, liendres, gusanos... Pero no lo es tanto, cuando todos esos pequeños cadáveres, con algo parecido a la vida, suben reptando por las escaleras, por las paredes y por el techo, desde tu edificio y de los de toda la manzada, convergen dentro de tu habitación... Los insectos más pequeños se cuelan por debajo de la puerta, y en pocos minutos, el suelo está cubierto de cienpiés, cucarachas, escalopendras, arañas, pulgas, hormigas, chinches, garrapatas, y otros habitantes de las profundidades... Lentamente, van subiendo por la colcha, que cuelga hasta el suelo... Un tapiz viviente se arrastra sobre las sábanas, hacia el durmiente... Las ratas, unas veinte, mientras tanto, se han abierto paso a dentelladas, a través del cartón que cubre parte del cristal, y abriéndose paso entre las demás criaturas como Moisés, saltan sobre la cama...


Carlos tiene un sueño extraño, la sensación de que algo está fallando en su entorno protegido... Al deslizar la mano hacia la mesilla de noche, nota que está cubierta de algo extraño... Consigue encender la luz... y abre la boca desesperado, cuando vé hasta qué punto su pequeña habitación está llena de todos sus queridos bichejos y animalitos... Cuando por fin se decide a gritar, una rata negra, inmensa, salta hacia su cara, y le muerde la lengua... Y todo el mundo sabe que el renacer causa mucha hambre...

A la mañana siguiente, cuando fuerzan la puerta para despertarle, no queda prácticamente nada de él... Solamente, unos cuantos huesos totalmente roídos... Y las sábanas empapadas en sangre...

Ten mucho cuidado con lo que sueñas... porque algunas pesadillas se vuelven muy reales...

1 comentario:

  1. efectivamente , los sueños pueden hacerse realidad y se pueden convertir en pesadilla más fácilmente de lo que imaginamos , por tanto si hay que sopesar y medir de que están hechos esos sueños , nos volveremos calculadores , así que seamos espontáneos aunque erremos en el intento !!!!

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