martes, 25 de enero de 2011

NO SEAS BORREGO... MIRA EN TU BARRIO

Hace más o menos mil doscientos años, es decir, cuando yo era joven y bien intencionado, recuerdo visitar con la familia aquellos templos del consumo y del mal gusto, los añorables grandes almacenes, uno o dos días antes de las rebajas... Cuando el presupuesto es normal, te buscas un poco las mañas para ahorrarte unas pesetillas, que en aquellos tiempos felices y gozosos no estábamos presos de esa utópica falsedad llamada euro, que nos ha jodido la economía... Muchas familias  practicaban el ritual, apuntando los precios de algunas prendas, la ubicación en cada planta, y casi rezando para que no te cambiasen la distribución la noche antes... 

Por supuesto, eran unos tiempos en los que había competencia, y de calidad, entre distintas cadenas de grandes almacenes... Por ejemplo, en el Paseo de la Castellana se encontraban, a pocas centenas de metros, El Corte Inglés y Galerías Preciados. Si ibas a Goya, la situación se repetía... y en la calle Serrano, llegaron a estar los dos anteriores, y Mark & Spencer... Es decir, una familia normal, como la nuestra, se podía pasar toda la mañana de un centro comercial al otro, verificando si se había producido alguna rebaja significativa entre los productos incluidos en la lista, y tenía la libertad de escoger el proveedor y la calidad deseada...

Está claro que luego, pagabas la marca... Un plumas no te costaba igual si era Boreal, Lafuma, Roc Neige o de padre desconocido (comprado en el Rastro una mañana de domingo), aunque la tela y los detalles fueran los mismos... También había grandes diferencias entre marcas de pantalones vaqueros (siempre me han gustado los Levis etiqueta negra, de botones), de zapatillas deportivas (me encantaban las Puma), de camisetas... Y las rebajas eran de verdad, auténticas rebajas, controladas, potenciadas por los almacenes, y representaban una ventaja para el consumidor...

Ahora, las cosas son muy distintas... En el corazón de la ciudad, Madrid en este caso, no existe competencia válida al Corte Inglés, que por eso es capaz de poner los precios que le vienen en gana... El consumidor, como mucho puede acudir a los centros comerciales de la periferia, del tipo Carrefour, y últimamente, a los famosos Outlet de prendas deportivas y de vestir... o a los centros Decathlon, presentes en muchos conglomerados comerciales o en la periferia...

De lo que se trata es, en el fondo, de que las grandes superficies no tienen competencia en la almendra central, y por lo tanto, fijan durante todo el año unos precios abusivos, que superan  los costes de producción y de transporte de los bienes de consumo... y por supuesto, imponen sus formas de pago... Al final, te encuentras con las dichosas rebajas, las oficiales son las del mes de enero... y ves anuncios que te cabrean... cada vez que escucho la musiquilla, por cierto, espantosamente mal cantada, de "ven a las rebajas", y luego hacen ostentación de los enormes descuentos...

Y mi pregunta es la siguiente... Suponemos que un centro comercial, El Corte Inglés en este caso, nunca pierde dinero... que por lo tanto se asegura un margen de beneficios lo más abultado posible, entre el precio de compra y el de venta... Se llega, en algunas ocasiones, al setenta por ciento de descuento... Pensemos incluso que ese treinta por ciento restante cubre solamente los costes mas un porcentaje de beneficios, por muy pequeño que sea... ¿Entonces... eso quiere decir que, durante todo el año, nos están estafando? ¿Que con cada periodo de rebajas, no olvidemos la famosa semana fantástica que dura casi un mes, o la semana del hogar, siempre tienen ganancias? ¿Y somos tan estúpidos que seguimos yendo, como borregos, a las rebajas, encantados de ahorrarnos tanto dinero? ¿Un dinero que, por otra parte, nos han estado estafando alegremente y sin pudor?

¿Y el pequeño comercio? ¿Qué hace la zapatería de barrio, el sastre, la persona que ha montado una tienda de deportes sin el régimen de franquicia? ¿Pueden competir con sus tácticas, o con sus precios, o sus formas de pago, incluso con sus horarios? Es cierto, es muy cómodo acudir a un Corte Inglés, un Hipercor, o un Carrefour, y realizar todas las compras en un mismo lugar... Y aprovecharse de los grandes descuentos, del dos por uno, de cualquier promoción... Pero de esa manera, nos estamos cargando el pequeño comercio y, lo que es peor, estamos siguiendo el juego a los capitales que se esconden detrás de esas marcas... Nos estamos aborregando, comprando lo que nos dicen, cuando y donde nos dicen, precisamente lo que desean que compremos...

Mientras tanto, el pequeño comercio, que es un poco más caro que los grandes monstruos, sobrevive como puede... Y va dejando un largo rastro de pequeñas y medianas empresas que tienen que echar el cierre... En la zona centro de Madrid, el número de tiendas, de comercios de todo tipo, que cierran es muy elevado... son casi más que las que abren... y los escaparates, pintados, o tapados con cartones, se multiplican ad nauseam... Incluso las agencias de viajes, las gestorías, las zapaterías, las camiserías, y otros negocios similares se van al garete... Pusieron una fontanería en mi edificio... ha tardado dos meses en cerrar... Pasear por la zona centro de Madrid, calles como Fuencarral, Luchana, Goya, Alonso Martinez es lo mismo que adentrarse en una zona de guerra...

No seas borrego... en vez de ir a las rebajas, mira en tu barrio...


No hay comentarios:

Publicar un comentario