sábado, 17 de abril de 2010

RECUERDOS DESDE ARNERO



Si me ves... es porque estás vivo... Y eso es lo único que importa, ¿verdad? Vivir... no saber nunca lo que te espera dentro de este curioso mundo al que llamamos "mañana"... Y nunca es posible, de todas formas, estar seguro de lo que nos va a suceder dentro de unas horas...

Vivir, por encima de todo, es una cuestión de fé, de confianza, es decirte a cada momento que estás aprovechando bien el tiempo, que eres capaz de disfrutar incluso con tu trabajo, con la familia, con los amigos, incluso con los enemigos, por qué no... Nadie podía suponer en mi ciudad, Arnero, a los pies del volcán Nevado del Ruiz (en Colombia) que tantas vidas serían arrasadas en tan poco tiempo...

Aquél 13 de noviembre de 1985, yo también pensaba que iba a seguir viviendo, como poco, unos años más... Vale, es cierto que mis condiciones, mi hábitat, no era ni tan bueno ni tan cómodo como el tuyo, que estás leyendo estas líneas desde tu casa, o tu trabajo, o un cibercafé... Como supongo que no te acordarás de mí, ni de mi historia, permíteme que me presente: me llamaba Omayra Sánchez, y tenía 13 años, cuando medio mundo asistió, durante 3 días, a mi lenta agonía y muerte...

Y todo ese tiempo, estuve encima de los cadáveres de mi hermano menor, mi padre y mi tío... Aquél día, con los miles de muertos que se produjeron en Arnero, mi ciudad, todo era un caos, de gente llorando, corriendo, buscando a sus seres queridos, o simplemente caminando sin rumbo fijo por los restos de las calles enfangadas... Fue un gran alud de barro y nieve, que lo sepultó todo... y no tuvimos tiempo de hacer nada... No sé, yo estaba bastante tranquila, tal vez porque no me lo podía creer, eran demasiadas cosas para alguien tan joven... O porque comprendí que no había nada que hacer... Pero yo solo pensaba en salir de allí, volver al colegio, hacer mis exámenes, cosas por el estilo...

Las últimas horas de mi vida se convirtieron en un "circo medíatico", o al menos, eso es lo que decían los socorristas, que tenían que trabajar abriéndose paso a empellones muchas veces, y con mucho cuidado para llegar a mi lado y darme algo de comida, de agua, intentar ponerme sueros, y otro tipo de pequeñas cosas, como salvarme la vida... Lo intentaron todo, incluso hablaron de amputarme las piernas... para sacarme de ese hoy inmundo, donde me agarraba al palo, cada vez más cansada, para mantener la cabeza fuera del agua... También se habló de traer una motobomba, para sacar el agua, y después a mí... Pero no fue posible...

Casi 25 años después, las cosas han cambiado muy poco en el mundo: las malas noticias, las tragedias, siguen siendo noticia... Tal vez porque siempre les pasan a los demás... Yo tuve el triste honor de ser una de las primeras personas anónimas, cuya agonía y muerte fue retransmitida por todo el mundo... Y la foto que has visto arriba, me la hizo Frank Fournier... Pero lo peor de todo, es que tragedias como ésta, pueden sucederle a cualquiera, sin importar el sitio, o la condición social, ni el país...

Vuelve ahora a tu vida, olvida mi imagen, no pienses más en mis ojos inyectados en sangre poco antes de morir, ni en mis manos, cuarteadas por el agua y el frío... Olvídate, pues, de mí: de todas formas, llevo 24 años muerta, aunque una fundación con mi nombre recuerda lo que pasó entonces... Y recuerda que la vida es el mejor de los regalos, que si tienes algo para comer, un lugar donde cobijarte, una familia, unos amigos... ya tienes mucho más que yo el día de mi muerte...

Y si quieres escucharme...http://www.youtube.com/watch?v=B0_K_3yz-QA

2 comentarios:

  1. "Yo era demasiado pequeña, no recuerdo nada de esa tragedia... Pero al ver esa foto... Una extraña tristeza me llena... Esos ojos..." (enviado por Beatrice Golden)

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  2. Esta es una imagen que tengo clavada desde mi adolescencia, lloré y lloro cuando alguna vez la veo, ella, Omayra, nos dió una lección...pienso en aquel día...lloro...

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