Al levantarme esta mañana, he comprobado que el mundo estaba cubierto por un espeso, denso, grisáceo y agobinante manto de niebla... Casi no podía ver la punta de mis dedos, y sin embargo, era evidente que tenía que llegar a mi destino: al trabajo que, más odiado que amado, me permite llegar a fin de mes...
Al salir del metro, la niebla era más densa, tanto, que los coches casi ni se oían, y unas extrañas luces se dejaban ver por unos segundos, y al final, desaparecían, como si nunca hubieran pasado...
Viajeros espectrales, caras intuídas a través de la humedad y del frío de una mañana de lunes cargada de malos augurios, caminar era en cierto modo un acto de fé, y cada paso requiere un poco más de valor que el anterior, pues al final, no veía casi nada...
La niebla tiene la extraña cualidad de volverse más densa según caminas, incluso puede llegar a agobiarte, creandote un intenso malestar... Lo mismo sucede con algunos sentimientos, como el odio, la ira, la rabia... y, sobre todo, el amor... No, estar enamorado no es "confundir la noche con el día", sin importar lo que diga la canción... El amor es una ceguera selectiva, auto-inducida, que te ataca a traición, cuando menos te lo esperas... Es una especie de veneno, que se infiltra en tu organismo, a través de ciertos olores, de algunas miradas, de mil ensoñaciones... Y cuando te quieres dar cuenta, estás preso en una telaraña tan tupida, que realmente no distingues la noche y el día, la ficción de lo real; y por si fuera poco, no te has enamorado de una persona física, sino de una imagen que tú mismo has creado, de un ser humano idealizado, de un sueño... de un recuerdo perdido entre la niebla...
Pero llega un momento en el que te das cuenta de que no puedes seguir así: necesitas centrarte en tu realidad, y dejarte de tantos cuentos... Y entonces, tienes que despedirte de aquella criatura espectral, y valorar lo que has conseguido: en mi caso, lo más importante es que he vuelto a escribir, que no es poco... He roto un bloqueo de diez largos años... He vuelto a llorar... He vuelto a soñar con dragones y princesas... Durante varios meses, he vivido con dos corazones, uno de carne, y otro de niebla... Pero ha llegado el momento de que se levante la niebla... Y de seguir viviendo... en el mundo real...
Adiós, princesa...
"Me ha gustado mucho, y no por el hecho de romper con un cercano pasado sino por el hecho de darte cuenta de la realidad. La realidad que poquito a poco se aproxima es la más maravillosa que vas a vivir en tu vida, crear vida, dar vida. Vas a ser un papa maravilloso, estoy segura de ello. Un beso." (enviado por Mar)
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