lunes, 28 de febrero de 2011

COSAS DE GATOS...

"PAROLE, PAROLE, PAROLE..." Sí, palabras, unas sobre otras, amontonadas como mil realidades distintas, e incontables posibilidades de futuro y de pasado... Es lo malo de tener mucho tiempo libre, que a veces, te faltan ideas para aprovecharlo... Desde hace un par de semanas, mi mujer está trabajando en el turno de noche en el hospital, lo que implica que una noche de cada dos, tengo el control absoluto del mando a distancia, y celebro con mi gato una típica noche de chicos... Salvo que en vez de pizza recalentada y latas de cerveza, aprovechamos para ver juntos una película de DVD, escogida de mutuo acuerdo... y son de las que mi mujer odia... El mes pasado, vimos "Batman, el caballero oscuro", "Batman Begins", "Con faldas y a lo loco", "Cantando bajo la lluvia", "La furia de los siete magníficos"... Supongo que cuando está con Fátima, tiene que optar por otro tipo de pelis... sobre todo, las de fantasmas y de terror, que yo no soporto ver...

Le gusta el sonido, el movimiento, se puede quedar un buen rato mirando fijamente la pantalla, disfruta con "Star Wars", sobre todo con el episodio 2... Y le gusta la música de "El Padrino"... Si estamos viendo una de guerra, tipo "Salvar al soldado Ryan", se le encrespa el lomo con tantas explosiones, y llega a clavarme las uñas a través de los vaqueros... Curiosamente, le encantó "Cantando bajo la lluvia": se puso a ronronear como una locomotora en mitad del famoso número de baile...

Mi gato... bueno, nuestro gato, si está mi mujer, es un amante del buen cine, aunque si él pudiera escoger las películas, tendría que ver una y otra vez "Ratatouille", "Un ratoncito duro de roer" o las pelis de "Stuart Little"... y, por supuesto, una vez por semana, "Como perros y gatos" y las 2 de "Garfield" (aunque la segunda me parece muy aburrida...). En el fondo, lo que le gusta es ir saltando del suelo al puff, luego al sofá, y después, sobre mis piernas... Amasa... es su manía, lo amasa todo... a veces me dan ganas de poner delante de él un barreño con huevos, leche, harina, levadura y un yogur, y que practique alguna de las recetas de Xela...

Lo más divertido son sus ataques de hiper-actividad... Chiqui es un gato sedentario, de costumbres tranquilas y pausadas, cuyo mayor objetivo en la vida parece ser el encontrar el lugar perfecto para dormir... Y dicho lugar cambia según las horas y los momentos de la jornada... Por la mañana, casi siempre está en la cuna, o sentado en mi sillón de orejas... Por la tarde, me espera en la cama para dormir la siesta, siempre en el costado izquierdo, y usando  mi brazo como almohada... Luego, durante 3 o 4 horas, me acompaña en el despacho, durmiendo en la silla de invitados... Mientras vemos la tele, pasa por todos los asientos disponibles en el comedor, sin importar que estén o no ocupados... Y por la noche, suele irse al despacho de Fátima, y se tumba en la cama, observándolo todo atentamente... Siempre se duerme unos minutos antes de que le llevemos a su cuna...

A veces, se queda mirando fijamente la mecedora del comedor, como si estuviera viendo algo invisible... Se puede pasar hasta diez minutos en esa posición, tumbado sobre mis piernas, como la típica esfinge... Es algo que me pone bastante nervioso, puesto que juraría que la mecedora se está moviendo un poquito, aunque su peso es demasiado grande, y no hay corrientes de aire en la habitación... Sin duda alguna, es mi desbordante imaginación que me está jugando una mala pasada... En otras ocasiones, se pone a boxear contra su sombra, con tal repertorio de maullidos, zarpazos, bufidos, brincos y saltos, que me dan ganas de grabarlo con el teléfono móvil, y poner la música de "Rocky" como banda sonora...

Sus ataques de hiper-actividad son divertidos... Empieza a correr por todo el pasillo, tomando las curvas a tal velocidad que podría trazarlas a media altura de la pared, como su prima Leo... Se pone a jugar con cualquier cosa, sobre todo si no es un juguete para gatos: ya tiene en su territorio un juego de pinzas de depilar, dos bolis, una pinza de la ropa, una pelota de ping-pong que de vez en cuando rebota por el pasillo, pero nunca ves... su juguete favorito de la semana pasada era un cordino de seguridad de color naranja, que fijé con esparadrapo a la mesa del despacho... Le encantaba, porque podía jugar con él desde la silla...

Con lo listo que es el minino para lo que le interesa, sigue habiendo misterios de la ciencia que no es capaz de entender... Por ejemplo, no comprende que si está lloviendo y sale al patio, se va a mojar de cabo a rabo... Y no entiende por qué se le tienen que mojar las patitas... o que yo no quiera acompañarle con un paraguas, para que él no se moje... Tampoco tiene muy claras las cuestiones de horarios: el mismo maullido que a las dos de la tarde te hace reír, te puede dar un susto de muerte a las seis si estás solo en casa, y convertirse en una molestia de madrugada... No concibe que a las seis y pico de la madrugada no sea el mejor momento para pedir mimos...

¡Enfin! Cosas de gatos...

2 comentarios:

  1. Ya veo que no te aburres. Las mascotas nos dan siempre una grata compañía. Yo tengo un perro y su afición favorita es espiar por el balcón el paso por la calle de otros perros y en el mismo instante que ve pasar uno... ¡se la lía parda!

    Me ha gustado mucho tu relato, besos. ^.^

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  2. No, Gloria... no suelo tener mucho tiempo para aburrirme... como no sea en el trabajo... Yo creo que algunos dueños terminan pareciéndose a sus mascotas... enfin... cordiales maullidos...

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