A veces, me pregunto a mí mismo sobre la libertad... y llego a la conclusión de que es un ideal inalcanzable, al menos, cuando te haces mayor... Porque en eso consiste la madurez: en aceptar los propios límites, y los que te impone la sociedad... Es un constante ejercicio de negociación con uno mismo, con los ideales, con las frustraciones del pasado, y con las incongruencias del presente... porque del futuro, prefiero no hablar...
La libertad es para mí un paseo por el parque durante el otoño, sintiendo los crujidos de las hojas bajo mis botas, y el olor, mezcla de vida y de muerte, por los oscuros senderos... del corazón y de la memoria... Un fugaz amanecer a la orilla del mar, que nunca he llegado a ver... O compartir la luz del sol que se arrastra sobre la cama, dibujando formas caprichosas, y esquivas sombras, una perezosa mañana de domingo... La mayor parte del tiempo, la libertad se resume a escoger con qué persona deseas estar, para compartir tus ratos de ocio... si bien en mi caso, estoy más tiempo, consciente, con mi gato, que con mi mujer... De donde se deduce que paso demasiado tiempo con Chiqui... ya que incluso le respondo con maullidos... y adivino sus estados de ánimo...
De todas formas, pensar en la libertad, es recordar momentos en los que te has sentido bien, feliz, contento, realizado, protegido, y mil cosas más... Porque hay tantas definiciones de la libertad como personas que piensan en ella... Quizás, por eso, me quedo precisamente con esta foto... La libertad son aquellos momentos de ingravidez, entre el techo y la colcha, o entre el cielo y el suelo, cuando flotas, libre, y te sientes... bien...
La libertad es el camino infinito hacía la felicidad....
ResponderEliminartienes razón, Estela... porque sin ella, nada es posible....
ResponderEliminar