lunes, 18 de junio de 2012

NECESITO SER LIBRE... PARA OLVIDARTE...

Lo siento, pero no puedo seguir amándote, mi niña... necesito un poco de libertad, incluso, para llorarte...

Dejaré atrás tus besos, con olor a canela y azahar, el tacto de tus labios cuando rozas mi mejilla, caprichosa,
y te empeñas en que los pruebe otra vez antes de marchar... Ya no me sumergiré más en tus ojos profundos, marrones, a veces claros, a veces negros, buscando en ellos mi reflejo, mas encontrando la perdición, incluso, de mi propia alma...

Y tus mejillas, sedoso campo de sueños por donde corren salvajes, tus lágrimas, que una vez probadas, te hechizan... Tu pelo ya no rozará más tu cuello, ni el mío, al besarte, y no oleré más la extraña mezcla de pícara inocencia...  ¿Por qué todo huele mejor cuando amas a alguien?

¿Qué puedo decir de tu nariz, pequeña y desafiante? ¿O de tu cuello, largo y grácil? ¡Demasiadas veces he querido, lo reconozco, morderlo, buscando tu sangre! Y lo hice... No, no quiero seguir enumerando partes de tu cuerpo, pues, en el fondo, todas ellas forman un conjunto armonioso, único, aquella amalgama de células y vacíos, que eres tú...

No tiene mucho sentido hablar de tus pechos, perfectos, que se adaptan a mis manos, y las colman de calor... Ni de tus manos, tan exquisitamente fuertes, y suaves... que descubren lentamente extraños recovecos de mi cuerpo... O tus piernas, largas, hermosas, que se enlazan con las mías, formando un extraño cepo de amor, un candado aterciopelado...

Pero hoy necesito olvidarte, pues en el fondo, me he perdido... En algún lugar del camino que hemos recorrido juntos, he dejado aparcados demasiados sueños, ideales, inquietudes, por dártelo todo, me he perdido a mí mismo, y necesito volver...

A soñar... A sentir... A vivir... A luchar por sueños locos... A caminar bajo el sol del atardecer... A leer bajo las sábanas... A emocionarme con una rosa, aterciopelada, que nace... Pues solamente si consigo encontrarme de nuevo a mí mismo, podré volver a amarte... Devuélveme, aunque sea, la mitad, de mi corazón, y de mi alma, para seguir viviendo...

Que yo te los entregaré, de nuevo, cuando esté completo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario