sábado, 16 de junio de 2012

EN LOS DÍAS GRISES

En los días grises, se desenfoca el alma, y vives, como si fueras otro, y tú simplemente, miraras...

Extraña sensación de irrealidad la que me embarga, entre nubes de cansancio físico, anímico, moral, te deslizas por la periferia de los sentidos, y ansías, sobre todo, disponer de tu propio espacio y tiempo, para gastarlos como mejor te parezca, desde luego, pero sobre todo, lejos de la diaria farsa, del "quiero", del "debo", del "no me dejan", del "no puedo"... Aunque al final puedan contigo las convenciones, reclamas tu parcela de libertad bajo el sol y la lluvia...

En los días grises, se reaviva la brasa casi extinta del ansia de libertad, de nuevos horizontes, se me despiertan los sentidos, y solo deseo volar... o al menos cambiar de aires unas horas, disfrutar la caricia del viento, del sol, en la piel, en la cara, caminar sin rumbo por el inmenso parque, y sentir, cada diferencia del suelo, asfalto, tierra, grava...

Mas a cada paso que das, te persiguen la nostalgia, el recuerdo de la ausencia... y también la esperanza... Porque al final de aquél sendero o tras aquella loma, se encuentra lo que siempre viniste a buscar, un prado,
hierba fresca, un lago, una fuente, y te detienes, a contemplar aquella combinación de elementos, Tierra, hierba, agua, cielo, nubes, árboles, gente, olores, texturas, sabores... Al final comprendes tu necesidad: romper con la rutina, y ser libre...

En el fondo, los días grises, no son tan malos, porque valoro más el tenerte a mi lado...



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