lunes, 18 de junio de 2012

ANOCHE SOÑÉ QUE MORÍA...

Anoche soñé que moría, no una, sino mil veces, y lo más extraño de todo, fue que no me importaba, pues siempre encontraba una forma de justificar la muerte que me acechaba y me poseía...

¿Piensas que es morboso, o extraño, o enfermizo, el soñar con la muerte, sobre todo con la tuya? Bien, pues yo creo que es mucho peor la alternativa, el soñar con la vida, en vez de vivirla completamente.

Anoche soñé con la muerte, con su faz descarnada, acechando por encima de mi hombro, sigilosa, o bien con hundir la mirada en sus cuencas vacías...Y lo más curioso, lo más extraño, fue que casi siempre representó una liberación extrema, vencido el miedo... entre tantas y tantas muertes, recuerdo sobre todo tres de ellas, tal vez cuatro, que se han quedado grabadas en mi memoria y en mi alma...

Si la gente supiera en verdad cómo se vive la muerte, y cómo se termina la vida, no tendría tanto miedo...

El anciano se da la vuelta en la cama de su residencia, está solo, y recuerda mil cosas de su otra vida, donde era esposo, y padre, y abuelo; mas ahora, ya no es nada, pues la incluso la memoria le abandona por momentos, por ello no se extraña demasiado, cuando en el ángulo de su cuarto aparece su madre, y le sonríe dulcemente...

Entre los hierros retorcidos de lo que antes era un coche, en el fondo del terraplén, una chica, conductora novata, observa el cielo, con los ojos abiertos, las pupilas dilatadas, mientras sobre su pecho se extiende una marcha carmesí, que parece casi negra a la luz de las estrellas... Noche oscura, sin dolor, sin luna, en el que la muerte se acerca a ella, con la forma de un gato negro que, dulcemente, ronronea, y mientras ella piensa en la fiesta, le va sorbiendo la vida...

Dos amantes, agobiados por las presiones del entorno, por la familia, que jamás aprobará su relación, por los amigos, que realmente tampoco lo comprenden... ni lo aprueban... y tal vez incluso por ellos mismos, por la educación recibida, por tantos prejuicios, por el maldito "qué dirán si se enteran"... Triste relación amorosa, sepultada bajo el peso de la convención, vivida en la oscuridad, que termina con la pareja, con las muñecas rajadas, en una bañera de sangre... y la muerte es el alma del otro...

Pues la muerte, misericordiosa, suele adoptar el aspecto de alguien amado, de alguien conocido, de alguna cosa o persona especial... Ya sea como madre, como gato negro, o como amante, o novia, o novio... se puede aparece al final de la vida como algo tranquilizador, en cierto modo, es un regalo de un Dios cruel, que nos condena a vivir una sola vez...

Y a saber que no hay "más allá", ni tampoco un "más acá", pues solo tenemos una vida, y nada más, algunos años sobre la Tierra, después la muerte, y luego la nada...

Anoche soñé que moría... y en mi sueño, acompañé a la Parca, para hacer su ronda trágica, por mil vidas... Y fui padre, madre, hermana, hijo, hija, nieto, profesor, comandante, amante, enfermera, cirujano, bombero, gato, perro, "avatar azul", incluso rana, vaca, o pez globo... Que mil vidas dan para mucho simbolismo...

Para mí, la muerte se presentó como una joven princesa sin corona, "Acompáñame, me dijo, pues incluso yo necesito compañía..." Por eso me ves, en el último minuto de tu vida... Ven y sígueme...



No hay comentarios:

Publicar un comentario