viernes, 25 de marzo de 2011

ORGULLO Y PEREZA

Algunos días, te despiertas a trompicones, apurando demasiado la prorroga del despertador (menos mal que mi mujer duerme con tapones... si no, igual se mosqueaba...), y con la impresión de que cualquier cosa, casi siempre mala, puede suceder en el intervalo entre el despertar y la siesta... y entre la siesta y el momento de irse a la cama... La cama... pequeño territorio, donde casi todo es posible, y el lugar perfecto para escapar del mundo...

Hoy, me siento como Nemo en su acuario, esperando la visita de la sobrina del dentista... salvo que no soy de color naranja-butanero, sino marrón y beige... También me identifico con la estrella, observando el mundo desde otro lugar... lo que no deja de ser una postura bastante cómoda... incluso con el cangrejo de acento francés... Además, el cansancio acumulado da la impresión de aislarte, creando un campo de contención frente a las malas influencias, y manteniendo al mismo tiempo las perspectivas... Es curioso, llevo toda la mañana pensando en películas de dibujos animados... Al hablar de "perspectiva", me acuerdo del crítico Anton Ego... "Sírvame un poco de perspectiva..." ¡Como si fuera tan fácil!

La única "perspectiva" en la que llevo varios días pensando es que no debo comerme tanto la cabeza por cosas de escasa importancia, como estar bloqueado en la novela de ciencia ficción que estoy escribiendo, no haber recibido una respuesta de la nueva editorial (ellos se lo pierden, utilizaré la de siempre), o el complejo de "material no solicitado" (también relacionado con otra editorial)... aunque el cambio de cama también influye en la menor calidad de las horas de sueño... El tiempo parece no tener sentido, y se estanca como el agua en cualquier pantano... y pasa con demasiada lentitud... No debe ser muy sano levantarte (más bien tirarte) de la cama, pensando en las horas que te faltan para dormir la siesta...

Orgullo y pereza... mis viejos y queridos amigos...

1 comentario:

  1. A veces nos pasa esto que relatas tan bien, que el mundo nos puede y hasta el simple hecho de levantarnos es una tortura. Pero creo que esto es como los nubarrones negros de una tormenta, cuando pasan unos minutos se pierden en la distancia.

    Disfruta del día a día, porque el tiempo, aunque parezca lo contrario, nunca está estancado, es muy puñetero y suele escabullirse como la arena que agarras con tu mano.


    Feliz fin de semana, besos.

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