¿Hasta qué punto vivo?¿Cómo estar seguro de no ser más que otro engranaje dentro de la gran mentira, que desde hace siglos nos venden como “vida en sociedad”?
Miro a mi alrededor, y no me reconozco en muchos de los comportamientos de los que alardean mis semejantes, sobre todo en vacaciones… No soy un espíritu gremial, me basta con una silla y un buen libro, con pasear por la orilla, para sentirme realizado, y feliz… Disfruto con el sonido de las olas, tan constante como finita es mi vida, y de alguna manera me hacen sentir en paz… Si pudiera grabar el sonido del Mediterráneo, y ponerlo como banda sonora de mis noches de insomnio… O embotellar el aroma de las olas, del agua siempre viva, no usaría otro ambientador en mi coche…
Los hombres miran a las mujeres hermosas, a las adolescentes… Es una de esas verdades casi universales, pero que sin embargo, no se admiten… Es algo natural, dispones de quince días para solazarte con cientos de cuerpos, algunos de ellos francamente hermosos, que se ofrecen tumbados, paseando, jugando en la orilla o en el agua… Es como tener barra libre para realizar viejos ritos de valoración… ¡Ojo! ¡Las mujeres hacen lo mismo! La única diferencia es que son un poco más discretas, casi siempre van en grupitos, y siempre se las apañan para ir con un par de amigas que sean un poco menos atractivas que ellas… Y todos, chicos y chicas, meten tripa cuando se juntan con representantes del otro sexo… o del mismo… Y todos, absolutamente todos, rendimos homenaje al inventor de las gafas de sol…
Sábado de borrachera y resaca… Catervas de adolescentes alcoholizados recorren las calles, se bañan casi desnudos en la piscina comunitaria, y dos niñatas de mierda se enfrentan a los vecinos que, a las siete de la mañana, reclaman en los balcones su derecho a dormir… ¿Alguna vez he sido joven? Quiero decir, joven como ellos… cuya idea de la diversión parece ser el emborracharse hasta caer muertos, mezclarlo con pastillas, y con todos los conatos de sexo que son capaces de conseguir en una noche… No me identifico con ellos…
De hecho, no me identifico con nadie… No milito en ninguna formación política, ni religiosa… No me gustan los deportes de masas… No realizo actividades grupales como bailar, o ver un partido… De mi trabajo, mejor no hablar, aunque me permite pagar las facturas, y algunos pequeños vicios…
Mi vida, en cierto modo, es la de un observador… pero ignoro cuanto tiempo podré seguir siendo imparcial… Ni si quiero ser imparcial… Muchas veces, pienso que el futuro ya no vive aquí, que se cansó de tanto esperar que se cumplieran los sueños… El pasado ha muerto, exterminado por tantas esperanzas que murieron sin germinar… ¿Y el presente? Se limita a pasar de puntillas a tu lado, huyendo de los dos mentirosos que quieren alcanzarlo, el “querer” y el “poder”…
Quizás si dejas de quejarte, y haces algo por cambiar tu “aquí y ahora”, serás algo más feliz…
(NOTA: ESTE TEXTO ES NUEVO, NO PROVIENE DEL DESMEMBRAMIENTO DE HOMBRES DE TINTA)
Principio y final de un viejo blog, Hombres de tinta.. Historias, sueños, sentimientos... Nuevo experimento... que te invito a seguir... pero solo si te apetece...
domingo, 25 de septiembre de 2011
sábado, 10 de septiembre de 2011
RINASCIMENTO...
Suena mucho mejor en italiano que en español... Renacimiento... Solo falta indicar el rumbo, y ya está... No tengo ya un pasado que me importe en exceso, me reafirmo como criatura de presente, y en este presente, que es lo único que en verdad me importa, intento buscar las fuerzas para seguir adelante... y es algo que casi siempre consigo...
El pasado ataca con fuerzas, valiéndose de cualquier pequeño recuerdo, como los peluches que le regalé y que déjó atrás, o nuestro felino y negro hijo, que al menos ya no la espera detrás de la puerta a la hora de su regreso (entre las 22:30 y las 22:45, una hora menos en Canarias)... Y todavía siguen apareciendo prendas de ropa suyas en las lavadoras (ayer fue un calcetín viudo)...
Hacer balande de 15 años juntos ni es fácil, ni es algo que se realice en un solo día, pero no deja de ser necesario... Aunque se podría resumir en una sola frase lapidaria: "Más vale mal acompañado que solo"... En el fondo, creo que ambos, mi ex y yo, partimos de la casilla equivocada en este puto juego de la oca, sin reglas pero lleno de trampas, que es la vida... Ninguno de los dos quería estar solo, y leímos en los ojos del otro la soledad más abyecta...
Algunos de sus sueños se cumplieron con el tiempo: casarse con un madrileño, vivir en Madrid, escapar del pueblo y de Extremadura y de su padre, vivir como una reina, y seguir viviendo del cuento mientras fuera posible (creo que ella inventó el concepto de "generación ni-ni"... También necesitaba presumir del trabajo de su marido con las amistades: "profesor de instituto", aunque sea enseñando lengua francesa, siempre viste menos que "periodista de los buenos" y que "vigilante de seguridad"... De ahí su absoluto desprecio por mi trabajo, ese que nos daba de comer, y a veces hacía innecesarias las ayudas que nos facilitaban las madres (una en forma de transferencia bancaria, la otra como comida congelada o recién hecha). Mi operación a vida o muerte por un apéndice reventado le ofreció la oportunidad de trabajar "en lo suyo", después de tres años de tocarse las narices dentro y fuera de casa; pero al mismo tiempo marcó un lento descenso hacia el purgatorio para nuestro matrimonio... y tres años después, el comienzo del infierno, que duró dos años hasta llegar al punto y final...
¿Y yo, qué estaba haciendo mientras tanto? Sencillo: trabajar, como una mula de carga, soportando el desprecio de mi mujer hacia mis uniformes marrones o verdes, la forma en que torcía la cara al sacarlos de la lavadora y sus patéticos intentos de justificar que "no ha tenido suerte de periodista"... pero olvidando que era lo que me permitía llegar a fin de mes, y financiar sus caprichos, sobre todo, de ropa...
Luego, al cambiar ella de turno, y hacerla fija de tarde, terminó cualquier atisbo de convivencia... y empecé a escribir, entre otras cosas, para ocupar mejor las tardes que con la siesta, alguna compra, y cocinar... No dejé de escribir, esta es la mejor prueba...
¿Y ahora? Muy sencillo, sigo escribiendo, soñando, ella se empeñó en irse de casa cuando la pillé en un renuncio demasiado grande para negarlo, en quince días ha encontrado un pisito cerca de su trabajo... Ella y su madre han renunciado todos mis intentos de ayudarlas a descartar a cerdos y timadores varios, que al ver a una mujer mayor buscando un pisito para su hija se han divertido de lo lindo (cuando yo les ofrecí desde el primer momento mi ayuda para descartar precisamente este tipo de gestiones, personas y lugares)... No tengo la menor intención de ir a verla, es algo lógico, ni de saber dónde vive... Mi madre y mi hermana les han ofrecido una de sus casas propias, para que buscasen con más calma, pero también lo han rechazado de muy mala manera... Yo he vendido el coche, para hacer frente a los gastos del abogado y las costas del juicio; he realizado todas las gestiones en el banco, en la compañía de seguros médicos; y les he dicho a sus padres que pueden quedarse en mi casa el tiempo que necesiten para descansar, pero no a ella...
Y todo porque se aproxima una nueva prueba médica, quizás otra operación... que no creo que sea tan necesaria ni tan complicada, al menos, por lo que he leído e investigado en la red (no olvidemos que soy un periodista de investigación bastante bueno)... Que luego mi madre me diga que "te has portado como un cerdo" y se permita hacer juicios de valor sobre mi matrimonio, cuando no lo ha vivido ni quiere tener datos... o que mi hermana también me acuse, estando en las mismas condiciones de posesión de "la verdad absoluta, impartida por el gran Kajuna" que le permite afirmar ahora que "siempre has sido un desgraciado en tu matrimonio, yo siempre me he dado cuenta, igual que toda la familia"... y yo me callo las ganas de decirle: "Si tan evidente era para ti, ¿por qué no lo has dicho antes, evitandome sufrimientos innecesarios, y aprovechando la ocasión para reforzar tu ego?"
No creo que sea tan dificil comprender que estoy profundamente harto de condicionamientos externos, que solo quiero que me dejen tranquilo, con mis grandezas y miserias, con mis dos trabajos (la literatura es un trabajo que requiere mucho tiempo y esfuerzos), y mis sueños, por los que estoy luchando desde el presente...
"Rinascimento", por lo tanto, pero solo podré llevarlo a cabo si se respetan las reglas de convivencia, o de no convivencia, mis tiempos y espacios, mis ausencias y horarios...
No es tan dificil de entender, ¿verdad?
Bueno, pues parece que me equivocaba...
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