Nunca antes me había planteado cual sería el sabor de la tristeza, de la separación, de un adiós que intuyes definitivo, aunque ninguno de los dos lo quiera reconocer así... Porque "Adiós" es una palabra amarga, que se puede dotar de múltiples significados, pero que en el fondo, casi siempre implica separación, tristeza, o como poco, el final de una etapa...
Hoy, sobre tus mejillas, con ese último beso por el que he tenido que luchar contra todas aquellas personas que también querían despedirse de tí... En ese fugaz momento, en ese último abrazo de oso con dos besos de mariposa, tus lágrimas han llegado a mis labios... y me las he bebido, allí mismo, sobre tus húmedas mejillas...
Sí, lo reconozco, he saciado mi sed de tí con el sabor de tu tristeza... Y en ese mismo momento, me he dado la vuelta, con una corta despedida, para no robarte un beso, esta vez de tus labios... Ahora, todo parece más gris, más solitario... Ya no me miras desde las fotos, proyectando tu sonrisa y tu mirada por todas partes, rellenandolo todo con tu cálida presencia... Ya no te daré más veces el relevo, atesorando cada momento de manera (in)consciente, para seguir trabajando... Princesa, qué vacío me has dejado...