
Los días de fiesta, por ejemplo los cumpleaños, o cuando toda nuestra reducida familia se junta para comer o cenar, si hay gambas, boquerones o sardinas de por medio, siempre se lleva su parte... y una porción equivalente para la gata loca de mi hermana, que en cierta ocasión, cuando se escapó de casa, fue capaz de tener a raya a dos policías municipales durante casi dos horas, hasta que localizaron a mi hermana y la recogió de la habitación donde se había refugiado... "Pero señora... ¿está usted segura de poder coger a esa fiera?", le preguntaban a mi madre....
Todo esto para deciros que tenemos mascotas, y las cuidamos lo mejor posible, es un compromiso de por vida, no tan fuerte como cuando tienes un hijo, por supuesto, pero implica una serie de derechos y deberes hacia una criatura que, por otra parte, se incorpora con fuerza a nuestra vida... Tanto Chiqui como Leo son adoptados, ya sabes, "No compres, adopta"... y a su manera, siguen siendo bastante independientes y fieros... sobre todo Leo, la fiera de mi hermana...
Dicen que las mascotas se terminan pareciendo a sus amos, o al revés... Por ejemplo, en muchas caricaturas de Winston Churchill, lo representaban en compañía de un bulldog inglés.. Y en los USA, incluso se organizan certámenes, en los que amos y mascotas participan y hacen gala de su parecido... Sobre todo con perros... Francamente, no conozco a nadie capaz de coger a su gato de angora, y engominarle el pelo para hacerle una cresta punk, tiñéndole al mismo tiempo el pelo de verde y blanco por el Día de San Patricio... Y me cuesta también hacerme a la idea de rapar a un azul ruso a franjas, como si fuera un caniche... O incluso a un gato egipcio, haciendo de perrito caliente... No sé, tal vez la culpa sea de mi imaginación, de no haber tenido nunca un perro, o de cierto sentido del humor un pelín retorcido... Pero si me imagino a mi mujer y a nuestro gato, en un centro de belleza, con la mascarilla puesta y las patas en esa postura... Me entra la risa floja, y no puedo seguir escribiendo... Además, ¿os imaginais la cara que se le puede quedar al pobre perro cuando le retiren la mascarilla de colágeno pitufoso?
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